viernes, 19 de julio de 2013

V





Anteriormente en Perfect to you: Dos hermanas rumbo a Japón terminan varadas en Corea del sur, y  recurren al consulado latinoamericano, que, como ayuda, las recomienda para trabajar en un hotel, al cual no saben cómo llegar. Afortunadamente, Oriana, la mayor de las hermanas, conoce a Eun Pyo, un amable muchacho que la ayuda a llegar y se convierte en su amigo. Días después, Ingrid se encuentra con Seung Hyun luego de un ataque de ira, en el que le patea un bote de basura y ensucia su ropa (aparentemente cara). A modo de disculpa forzada, se compromete a lavar su campera, prestándole un buzo de su hermana como garantía. 

V
Llegaste tú... y todo cambió. (Jesse & Joy, llegaste tú)




Hoy no es mi día – dice Oriana, tapándose con las colchas hasta la cabeza, pues no había comenzado su jornada y ese momento del día, cuando recién debía salir de la cama, resultaba siempre el más difícil a la pelirroja. No era ella “miss simpatía” para levantarse con una sonrisa, esas cosas ocurrían muy de vez en cuando. Dio un par de vueltas, peleándose con las sabanas, ya que le molestaba estar tan cubierta, repentinamente se destapa y queda observando el techo de la habitación. Luego, al levantarse, encendió su celular después de varios días, ya que los “enchufes” de su país no coincidían con los de Corea del Sur. Comenzó a reproducir su música, esa que la ponía de buen humor mientras se vestía, con unos pantalones de jogging, una polera fina, un buzo y unas zapatillas en los pies. Se había distraído buscando su enorme buzo, ese al cual tenía tanta estima, ese que la acompañaba en sus encierros depresivos. – ¿Por qué no lo encuentro? – Preguntaba para sus adentros, al instante en que vaciaba sus bolsos – Sería imposible que Ingrid lo use – reflexionaba  – a ella no le gusta mi ropa. Ella piensa que ese buzo es más para hom…- se detiene ante la idea – La mato - confiesa boquiabierta de indignación. Pensaba en ir corriendo y armar un escándalo a su hermana en plena cocina, pero para suerte de ambas eso solo fue un pensamiento del que se deshizo fácilmente.
Esa mañana sus ganas de levantarse y seguir en Corea eran inexistentes y para colmo su “querida hermanita” había “regalado” su abrigo, porque ya lo daba por perdido. – Era mi único amigo – decia para ella mientras se abrazaba a sí misma. Más allá de la exageración, Oriana se sentía muy sola. Extrañaba a sus amigos, de quienes no tenía noticias, ni tampoco estos habían intentado comunicarse con ella después del viaje a “Japón”. – Nadie me quiere – murmuraba justo en el momento en que lanza un suspiro y se sitúa frente al espejo y, con un peine, divide su cabello en dos y ata con un rodete cada lado – Ok, no necesito a nadie – comenta mirándose al espejo y se dispone a salir.
Durante su recorrido le llama la atención un grupo de niños sobre un puente – ¿Qué pasaba allí? – se preguntaba, dirigiéndose a su encuentro. Saluda a los pequeños, quienes comienzan a hablarle y apuntar hacia abajo, la muchacha atina y desciende su vista. Se trataba de un pequeño y asustado gatito – Ay no –lamenta. Una niña le agarra el pantalón de Oriana y tiernamente pide que rescate al diminuto felino. La pelirroja no entiende sus palabras, pero sabía que se trataba de eso exactamente, si no… ¿de qué otra cosa trataría? ¿de matar al presidente?
Oriana se ubica en medio de todos los presentes, palmea su propio pecho y cierra los puños en señal de “voy a hacerlo”. Los niños, entusiasmados, la apoyan con un “fighting” bien estridente.
Muy cuidadosamente pasa las vallas del puente y, mientras se agarra de los barrotes, desciende hacia la parte posterior del mismo, pero aquella superficie era tan delgada que apenas podía pararse con las puntas de los pies y, teniendo en cuanta que no había respaldo, la mejor manera de moverse  era seguir sostenida de los barrotes, aunque solo lo haría con una mano, ya que con la otra debía alcanzar al felino. No podía fallar en su misión. Era eso o el agua, y , teniendo en cuanta que no sabía nadar y lo realmente importante era el pequeño animalito… Iba a continuar. Jamás pensó estirarse como lo hizo, pero se acercó. – Michi, michi – lo llama apenas pudiendo pronunciarlo. Debido a la situación, con mucha suerte el gatito se dirige a ella para olfatear su mano, pero se aleja rápidamente, lo niños observan el rescate como si fuesen los mismos dibujos animados que miran para entretenerse. El felino vuelve a incidir – Vamos – dice la rescatista voluntaria, ya agotando su resistencia, hasta que lo atrapa con algo de dificultad, pero lo logra. – Aquí va – grita a los pequeños y les alcanza al asustado. Los niños rápidamente lo auxilian y Oriana trata de subir nuevamente. Ya recuperada, la flamante heroína sostiene al pequeño felino entre sus manos. Era tan lindo que le dedica algún que otro mimo antes de entregárselo a aquella niña que le había hablado primero. – No es mía – le contesta negando con la cabeza. Los demás también niegan con la cabeza. La protagonista se arrodilla para quedar a la altura de los presentes. Aquella pequeña acerca al gatito en las manos de la joven hacia su pecho. No sabía si era el momento para tener una mascota, pero se sentía incapaz de dejarla así tan pequeña y a la deriva.
Mientras Oriana vivió esta odisea, en el dormitorio de las protagonistas, Ingrid regresaba para recoger algunas cosas, extrañándose por la ausencia de su hermana, a quien dejo dormida hace… un par de horas. – ¿A dónde fue Oriana? – Se pregunta, viendo el desastre en la cama de la desaparecida – ¡No! Se  dio cuenta – murmura, al borde del nerviosismo – ¡Agh! ¿Qué le pasa a este tipo que no viene? ¿Qué, se enamoró de ese buzo viejo y feo? Tal vez Oriana se fue por el buzo – trata de divagar mentalmente, imaginando un enfrentamiento entre Seung Hyun y su hermana. – ¡No! – exclama, aterrada. – ¿Y si la tengo que ir a visitar en la cárcel? – sigue con su entretenida imaginación, tal vez porque le faltaba la televisión desde que habían llegado y no se había detenido para observar alguna pantalla en ese país, pues se negaba a hacerlo.  Además no quería ver aquello que no entendería. – ¿Cómo no va a pensar en volver si su campera parece bastante cara? ¿Tanto le sobra el dinero para que no le importe? – Reflexiona esta vez– Sí, vendrá. Tiene que hacerlo. – intenta convencerse al momento en que prepara su mochila para ir al baño público que quedaba cerca de allí. Si bien la higiene era importante, ni se les hubiese ocurrido pasar por esto. Seguramente en ese horario no habría tantas mujeres y sería más sencillo, sobre todo más cómodo. Así es que el cuarto quedaba vacío otra vez, hasta que vuelve la muchacha pelirroja con su nuevo compañero, que resultó ser hembra. Le sirve una tacita de leche y la criaturita comienza a beber de manera apresurada. A penas finaliza su taza, ya juega con esta hasta quedar rendida. La nueva y flamante dueña ya se había enamorado de la mascota, todavía sin nombre – Leki – grita repentinamente –, te llamaras Leki – si bien era bastante incomodo higienizarse en el pequeño baño de servicio del hotel, ya que no tenía ducha, la joven se las arregló bien para hacerlo. No quería alejarse mucho del lugar ni tampoco tardar demasiado. Volvió ligeramente, preparó una caja que colocó debajo de la cama, acomodó todo su bolso y también los colchones y cobijas para que taparan hasta el piso y así nadie, exclusivamente Ingrid, pudiera sospechar. Además puso hojas de diario por si se le ocurría hacer sus “asuntos” – ¡Ahg! – Suspira la pelirroja, ya recuperándose de tanto despliegue. Sale a la cocina, por fin. No se había dado cuenta de que era bastante tarde, por lo que recibió tremendo reclamo de parte de su jefe – Yes, sir – solo podía contestar, sin mucho entusiasmo. No le gustaba solo ser una ayudante de cocina, se sentía como Brittany Murphi en “The ramen girl”: quería aprender de una vez a cocinar las comidas de ese país. Sabía que el hecho de comenzar de cero le traería altibajos.
En cuanto a Ingrid, después de casi una hora (la mayor parte, en espera), vuelve del baño público y pasa por el bar del hotel para esperar a aquel joven que le había prometido regresar, pero no se aparecía. Ese día concurrió mucha gente y el comedor no daba abasto. Uno de sus compañeros se acerca a la joven desde la barra, la apunta y luego hace un gesto con la mano – Money extra? (dinero extra?) – le pregunta. La morocha había entendido perfectamente y más si se trataba de dinero. El cajero le había pedido que ayudase a servir a los comensales, esto entre su coreano, gestos y ademanes elaborados, le ofrece un delantal, el cual la protagonista acepta con una sonrisa poco creíble.
Así pasa la tarde la joven, entre atender a los clientes y pispear de vez en cuando por la llegada del muchacho, pero no hubo rastros de él.
Cayó la noche y la menor de las hermanas se encontraba exhausta, entre el trabajo y aquel “extra” que había hecho y que le habían  pagado el mismo día. En cambio Oriana quedo un rato más en la cocina debido a aquella tardanza. Hasta su próximo turno. La jornada también había terminado para ella.
Nuevamente las dos se encuentran en la habitación:
Oriana: – entrando al cuarto – Ingrid – la llama por lo bajo.
Ingrid: – acostada – ¿Qué pasa? Ya estoy por dormir, estoy exhausta.
Oriana: Ok, no te molesto, pero usaré el velador – colocándolo de su lado de la cama. Al encenderlo Ingrid se acuesta cara a la pared, cubriendo con las cobijas la parte trasera de su cabeza y la pelirroja aprovecha para atender a su nueva amiga. Finalmente se recostó, rezando que al día siguiente nadie se percatara de la presencia de Leki y rogando que llueva así Ingrid no escuchara sus chillidos.
CONTINUARÁ…

Millooooneeees de gracias por leernos cada vez somos más wiiii. Ok, a lo mío. En nuestro próximo capítulo, reaparece Seung Hyun y esta vez será para acercarse más a la protagonista. NO SE LO PIERDAN. Y, ¿Qué pasará con Ori y Leki? Mmmmm, no tengo un buen latido con ellas. 
Click aquí para leer el próximo capítulo 

3 comentarios:

  1. Al fin, Ori tiene una amigaaa D: que lindo <3 Ahora que yo tambien me uni a la convención de madres gateras (en el buen sentido de la palabra claro) sé perfectamente el cariño que se le tiene a un michi adorable ^^

    Me encanto la cancion de este capítulo, very sweet *.*

    Ahhh! chicas, disculpen si soy pesada pero se escribe Brittany Murphy, les digo por las dudas.

    En el capítulo próximo aparecerá de nuevo Seung Hyun O.o Ansiosa voy a estar de leerlo, wii!

    Muy lindo cap chicas

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    Respuestas
    1. Es hermoso tu cat, y todo un payasito!!!
      Buscamos el nombre en internet, y así lo encontramos (asi que...)
      Gracias por el comnetario. Saludos!!!

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  2. Me encantan los gatitos. que hermoso gesto el de oriana. Esa canción es muy bonita. *Luci*
    PD: Otro día las sigo leyendo.

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