El silencio es parte de mi cuerpo // Like you know it all - Lim Kim
¿Qué es ese olor? - se preguntaba Seung Hyun, sintiéndose más
aliviado, aunque tenía la sensación de que no se encontraba acostado en su
cama. Escuchaba murmullos y sonidos provenientes de un parlante en el pasillo,
además se preguntaba por qué su mano izquierda estaba más fría que la derecha.
Trataba de abrir los ojos intentando que la luminosidad repentina no los
lastime. Sí, se trataba de un hospital y Oriana estaba ahí sujetándolo de la
mano, dormida. Sonrió al verla allí. De repente siente otra presencia, levanta
la vista y ve allí a EunPyo o JiYong disfrutando de aquella escena.
Instantáneamente cambia la expresión y se suelta de la pelirroja, quien
despierta.
SeungHyun: ¿Por
qué estoy en un hospital? - pregunta muy calmado.
Oriana: ¿Ya
te sientes mejor? - con voz leve.
EunPyo: Yo
también quiero saber qué paso.
Oriana: - alarmada por la presencia de EunPyo –EunPyo, estás aquí.
EunPyo: En
cuanto leí tus mensajes vine y no se preocupen por los gastos ya me encargué de
todo.
SeungHyun: Tenemos
que irnos antes que traigan comida. - a Oriana - ¿Cómo vine a parar aquí?
Oriana: Después
que te deje durmiendo pensé que estarías mejor pero cuando te despertaste
estabas peor, tenías mucha fiebre, apenas podías mantenerte en pie y delirabas.
Así que te traje.
EunPyo: y...
¿Te dijo algo extraño?
Oriana: ¿Extraño?
¿Por qué? Solo un montón de tonterías... como siempre.
EunPyo: - más aliviado - Ya veo.
SeungHyun: - sintiéndose ofendido - Yo no hablo tonterías.
Oriana: - ignorando al joven de lentes - Por suerte las enfermeras estaban muy
"dispuestas” a atenderlo - ríe por su comentario.
SeungHyun: ¿Ríes
por celos?
Oriana: - vuelve a reír y se detiene para
contestarle- No. Me rio porque vi tu
trasero - vuelve a reír acompaña esta vez por EunPyo, quien no pudo aguantarse.
SeungHyun: ¿Cómo?
¿Qué...?
Oriana: Te
pusieron una inyección. Si no fuera por eso...
SeungHyun: - masculló - Que humillación. ¿Nos vamos?
EunPyo: Pero
el medico tiene que revisarte antes. Estas en observación.
Oriana: - poniéndose de pie- Mejor que nos vayamos. Ya pagaste ¿verdad?
- le alcanza el abrigo al enfermo.
EunPyo: Pero...
Ninguno presta atención al amable muchacho
mientras se preparan para su "huida" del hospital.
SeungHyun: Sabes
que no me gustan los hospitales - explicándose con su amigo.
Oriana: En
eso te entiendo.
Los dos salen de la habitación, la cual se
compartía con varios pacientes, a EunPyo no le quedó más opción que seguirlos
aunque sorprendido por aquel arranque de complicidad de sus amigos y nervioso
por la "hazaña" que implicaba escaparse del hospital, pues no quería
armar ningún tipo de escándalo y esta sensación lo persiguió hasta que
atravesaron por fin la puerta del lugar.
Cuando llegaron al departamento, después de tan
arriesgada osadía (en la mente de EunPyo, obviamente), les sorprendió que
Ingrid, quien se había quedado a esperar noticias de SeungHyun, no estaba
allí... no había rastros de ella por ninguna parte. ¿Dónde estaba la muchacha?
Cuando el joven de la simpática sonrisa se fue, ella se quedó en la sala, y
ahora ese lugar, exceptuando a los recién llegados, parecía un desierto. EunPyo
intento llamarla repetidas veces, pero no solo no respondía, sino que lo
llevaban directamente al buzón de voz, pues la latina, sin darse cuenta, mantenía
en su móvil el chip de G Dragon. Pero eso era lo mejor, pues ella necesitaba
enfriar su cabeza, poner sus pensamientos en orden para no cometer locuras. Ese
era el papel de Oriana, no el suyo. Aunque una verdad tan grande, tan grave y
tan catastrófica merecía que ella actúe guiada por sus impulsos, no podía
permitírselo. Por eso salió del
edificio... no quería ver a EunPyo, JiYong o como sea que se llame... No quería
perder el control, porque enfrentarlo la llevaría a eso. Decidió que sería
mejor dar una vuelta por las desiertas calles de los alrededores, mientras su
cabeza se llenaba de preguntas.
Encontró una plaza cercana durante su caminata y
se sentó en un banco solitario, intentando ordenar sus pensamientos y desviarse
de ellos también, pero estos insistían en captar su atención, especialmente uno
entre todos... si EunPyo era G Dragon, ¿quién era SeungHyun? Tal vez necesitaba
volver a mirar a BigBang para entender eso. Si ambos eran impostores, ¿por qué
lo hacían? ¿Por qué se armaron dos vidas? ¿Era casualidad que las estén engañando
justamente a ellas? Aquel día, cuando YongHwa vio a "EunPyo" y mostro
su desagrado... lo hizo porque se dio cuenta de lo que estaba pasando, y no por
celos, como ella había creído tan ingenuamente... Que estúpida. La confusión,
el dolor y la rabia que sentía se tornaban incontenibles a tal punto que ese
torbellino de emociones juntas le empañó los ojos rápidamente. Antes de que se
diera cuenta, no podía detener sus lágrimas, pero qué importaba. Pese a los
celos de EunPyo, ella se había sentido muy afortunada por encontrar a un chico
tan atento, alegre, tierno, sincero y agradable, que siempre le levantaba el ánimo
y le provocaba una sonrisa cuando más lo necesitaba... ¡Y todo era mentira! Que
ganó un celular era mentira, ser Dj era mentira... De todo lo que hizo o lo que
dijo, ¿algo era verdad? La relación que tenían... ¿era sincera o no? ¿Que era
ella para él? ¿Una especie de diversión? ¿Le gustaba jugar a ser un chico común
y corriente con una novia medianamente normal?
Sintió uno golpecito en una pierna, cosa que
desvió su atención, y al levantar la cabeza encontró la mirada de un tierno
caniche de pelo castaño, peinado y bien arreglado, vestido con un adorable y
abrigado chaleco celeste y blanco con un reno bordado en la parte de atrás. Era
muy lindo de ver, y la simpatía con la que la miraba, como si quisiera hacer
que se sienta mejor, incluso realizo un saltito gracioso. Ingrid secó sus lágrimas
y sujeto la cabecita del can para fijarse si tenía collar. Tal vez allí
estuviesen los datos del dueño, pues sería una pena que este pierda a una
mascota tan adorable, pero esto no fue necesario, ya que un hombre alto, de
cabello negro corto y piel blanca como la nieve se le acercó. Al principio
presto atención solo a su perro, quien se mostró contento al verlo, y luego agradeció
a nuestra protagonista, sorprendiéndose por sus ojos irritados y los parpados
hinchados.
Muchacho: Aghassi...
¿kwenchana?(¿estás bien?) -cree que tiene fiebre y le toca la frente- Tu temperatura es normal...
Ingrid: -un poco sorprendida por la repentina cercanía
del muchacho, sobre todo porque era muy guapo- Estoy bien... solo que... todo el mundo tiene sus propios problemas.
Muchacho: Entiendo...
-su perro ladra suavemente y con una pata toca la rodilla de Ingrid, mirándola
de costado. El joven mira a su mascota y comenta- Parece que él quiere enterarse.
Oye, deja que al menos te invite un café, ya que me ayudaste a atrapar a
este prófugo, ¿qué te parece?
Ingrid: Esta
bien. -limpia un poco su rostro con un pañuelo descartable que tenía en el
bolsillo- Está haciendo mucho frio aquí...
y no quiero volver a casa aún.
Unos diez minutos después la muchacha tenía una
humeante taza de café frente a sus ojos. No le sorprendía estar en un bar en compañía
de ese joven anónimo, pues a esas horas las cafeterías estaban cerradas, sino
que el perro los estuviese acompañando... ¿cómo lo dejaron entrar? Aún no lo entendía.
Es más, parecía que allí todos conocían a ese muchacho... tal vez era un
cliente habitual.
Muchacho: -tomando el primer trago de café- Está un poco fuerte.
Ingrid: Me
sorprende que hayas podido entrar con el perro.
Muchacho: Si
te fijas bien, veras que hay más personas con mascotas aquí.
Ingrid: -mientras bebe un poco de su taza,
observa alrededor- Todos aquí parecen
celebritys... -al decir esa palabra, automáticamente recordó a EunPyo y se
le formo un nudo en la garganta. Deja la taza en la mesa otra vez.
Muchacho: Por
la cara que pones, parece que te dejó tu novio...
Ingrid: No
me dejo, me engaño... -se cubre la boca- Lo siento, no debí decir eso.
Muchacho: Tranquila,
parece que necesitas desahogarte. Tal vez no pudiste darte cuenta de que estaba
viendo a otra...
Ingrid: Él
no me engaño con otra, sino que me mintió... fingió ser quien no es... Ahora no
sé cómo voy a poder mirarlo a la cara. -antes de que él agregue algo- Pero no tiene que ver con algún complejo de
inferioridad ni nada de eso... La persona a la que quería... de repente se
volvió un completo extraño.
Muchacho: Eso
se oye muy extraño... ¿Por qué alguien fingiría ser quien no es? Algo así como
ser otra persona.
Ingrid: No
sé qué de todo lo que dijo es verdad, ni si sus actitudes eran reales o fingidas
-vuelve a sentir el nudo en la garganta y los ojos nublados- ni siquiera sé si me quiere o no... No
entiendo porque armo toda esta farsa.
Muchacho: ... Ahora puedes tener la sonrisa perfecta...
Ingrid: -lo mira extrañada- ¿Que dijiste?
Muchacho: Yo
no dije nada... No sé qué decirte.
A ella se le hizo raro esto, pues sintió que había
escuchado su voz, aunque un poco lejana... miro hacia un costado, encontrándose
con la pantalla de un televisor que mostraba un luminoso comercial... donde
estaba él, el joven sentado frente a Ingrid. Ahora pudo reconocerlo, lo había
visto en una entrevista junto a Miss A, el actor que Oriana admiraba, G Dragon,
TOP y TaeYang... era... el maknae de SS501...
Ingrid: -se vuelve repentinamente hacia el joven- Tu... Tú eres...
Muchacho: Ah,
creíste que te hable porque escuchaste ese comercial. Sí, soy Kim Hyung Jun,
lamento si no lo dije antes.
Ingrid: -con ojos impresionados- Kim Hyung Jun... el actor, el cantante...
HyunJun: Soy
más cosas... en fin. Pero ya que sabes mi nombre, deberías decirme el tuyo.
Ingrid: Yo...
Me llamo Ingrid. Pero... entonces puedo
ser más sincera contigo...
HyunJun: -extrañado- ¿A qué te refieres?
Ingrid: El
chico del que te hable... es G Dragon.
Ante la sorpresa de HyunJun, Ingrid le conto lo
que había sucedido, evitando los tintes rosas. Le revelo como sucedió lo del
video clip, la aparición de GD y EunPyo en la cafetería, y el momento de la
revelación con la noticia en la que mencionaban al trainee de la productora sin
olvidar la introducción del motivo por el cual ellas dos fueron a parar al
departamento compartido.
HyungJun: –luego que reflexionar brevemente. Se sentía
conmocionado por lo que había escuchado–Te
entiendo mejor ahora, pero no puedo evitar que una parte de mi comprenda a
JiYong. Para los famosos es bastante difícil encontrar un poco de privacidad.
Tal vez hizo todo esto para poder sentir que tenía vida propia. Cuando todo lo
que haces sale publicado en los medios, sientes que estos se están robando tu
vida. No sé si puedas entenderlo. Aunque eso no justifica lo que te hizo. Por
lo que me dijiste, EunPyo es un chico adorable, sencillo y un poco inseguro, y
JiYong no es así. Si hay algo que le sobra es confianza en sí mismo... además
de ropa tan particular, entre otros gustos excéntricos. Yo no lo conozco mucho,
pero todos pensamos lo mismo de él.
Ingrid: -después de escucharlo atentamente- Eso no me hace sentir muy bien que digamos.
Él nunca fue sincero conmigo... Todo el tiempo me engaño.
HyungJun: No
te sirve pensarlo así. Sera mejor si te calmas y lo hablan con tranquilidad
mañana. Seguramente podrá explicarte sus razones... aunque tal vez te mienta,
pero...
Ingrid: Es
cierto, no puedo creerle.
HyungJun: -dándose cuenta de su imprudencia- No lo tomes así, por favor. Quizás... si
hablas directamente con él, podría sentirse acorralado, lo mejor sería ser más
sutil, no crees. Darle la oportunidad de que te confiese la verdad. JiYong es
una buena persona.
¿Acorralado? ¿Sutil? ¿Confesar la verdad? ¡Eso
era! Tal vez estaba siendo movida por la rabia, y esperaba no echarse atrásdespués,
una vez tranquila, pero había ideado, gracias a esas palabras, la forma de
calmar la sensación de miseria que se había apoderado de ella. JiYong, EunPyo o
como se llame estuvo todo ese tiempo riéndose de ella... era hora de invertir
los papeles.
Ingrid: -intentado no mostrar ningún tipo de emoción,
acaba su taza de café- Creo que es hora
de irme, no te robare más tiempo. Gracias por todo lo que dijiste, ahora me
siento más tranquila.
HyungJun: -un poco inquieto- ¿Pero qué vas a hacer?
Ingrid: Todavía
no lo sé, creo que no estoy preparada para enfrentarlo, así que evitare lo más
que pueda convivir con él. -está a punto de ponerse de pie, pero él realiza
un gesto para que se detenga.
HyungJun: -llama al mesero para pagar la cuenta-
Espera, deja que te acompañe. Es bastante
tarde.
Después de pagar la cuenta, durante el camino de
regreso, Ingrid intento sutilmente sacar un poco de información acerca del
verdadero JiYong, pero cuando llego hasta la puerta principal del edificio... comenzó
a titubear. Como haría para entrar, encontrarse con los demás, especialmente
con quien ustedes ya saben, y no ponerse en evidencia? ¿Cómo controlarse después
de lo que descubrió esa noche?
Ingrid: -se queda dura como una piedra- No puedo...
HyungJun:
¿Estas nerviosa?
Ingrid: No
sécómo entrar y actuar normal.
HyungJun: Pues...
finge un dolor de cabeza o algo así y vete a dormir directamente. Por lo menos
esta noche puedes hacer eso. –Al ver que ella no abandona su ceño fruncido,
se preocupa– O podemos hacer otra cosa. Préstame
tu celular.
Ingrid, aunque no tiene idea de por qué, accede
al pedido de HyungJun, recordando avisarle antes que no tenía su chip en el móvil,
por lo cual el uso la memoria del teléfono.
HyungJun: -devolviéndole el móvil- Agendé mi número de teléfono. Si ocurre algún
problema, puedes llamarme. No puedes afrontar esto sola, así que yo puedo
acompañarte. Además, no quiero quedarme preocupado.
La muchacha sentía un poco de incomodidad por el
ofrecimiento de HyungJun, porque no quería convertirse en un problema para
alguien que estaba siendo tan amable, pero, por otro lado, lo necesitaba...
necesitaba un cómplice, alguien a quien compartirle lo que pensaba, lo que haría,
alguien con quien terminar momentáneamente la farsa que se había propuesto
desarrollar, y él apareció en un momento crítico como si hubiese caído del
cielo. Tal vez ese encuentro había ocurrido por una razón, y no por una
casualidad...
Ingrid: -observa detenidamente el móvil- Está bien. Pero si estás ocupado, avísame. No
quiero convertirme en una molestia.
La muchacha se despidió del maknae y entro con
una renovada decisión al edificio. Solo tenía que fingir dolor de cabeza, pero
no algo tan grave como para que se preocupen demasiado. Pero de todas formas ya
estaban afligidos. Tuvo que esforzarse mucho para no perder los estribos cuando
EunPyo se acercó a preguntarle qué había sucedido. A media voz justificó que
había salido a dar una vuelta porque le dolía la cabeza, pero que se sentía un
poco mejor. Fue rápidamente a su cuarto para intentar dormir (y fingir que lo
hacía) y allí encontró a su hermana.
Ingrid: Ori... mientras no estuviste, vino
Akihiro-kun a despedirse.
Oriana: –llevándose las manos a la cabeza– Oh,
no. Lo olvidé. –Lanza un suspiro de resignación– Pero… ¿Qué te dijo?
Ingrid: Solo se despidió, no te perdiste la gran
cosa. Por cierto, no vi a SeungHyun, ¿cómo está?
Oriana: Está
durmiendo. Se siente mejor ahora. –Bosteza– Ah, tuve un día tan largo… –se acerca a la cama– conversemos mañana. Vamos a dormir
–comienza a aligerar su atuendo.
Ingrid: –hace lo mismo, pero se mantiene alerta
para usar el baño– No te escuché proponer
algo mejor.
Al día siguiente, la pelirroja despertó muy
tarde aquella mañana, debido al insomnio de la noche anterior. Aunque le pesaba
fuertemente el sopor, no pudo dejar de pensar en lo sucedido, y no podía dejar
de pensar en SeungHyun ni en sus sentimientos. Se negaba a sentir algo por el
joven de lentes. Sin dudas, la relación entre ellos había cambiado últimamente,
pero ¿en qué momento? ¿Por qué? ¿Sentía él algo por ella? No, definitivamente
no, eso no podía suceder, él mismo se lo había hecho entender, y entonces… ¿Por
qué era tan amable con ella? ¿Por qué estaba en los momentos en que más ayuda
necesitaba o en los cuales más sola se sentía? La confusión con la lista de
Ingrid, el chocolate, la ayuda en la pelea con el vecino maleante y sus secuaces
y tantos momentos más.
¿Por qué la angustiaba tanto todo esto? ¿Por qué
era tan diferente a lo que había sentido por Akihiro? Definitivamente no quería
sentirse así. Además, para la cocinera era seguro que no sería correspondida,
ni aunque lo quisiera. - Ya basta -
dijo, molesta consigo misma. Lo que menos quería hacer era seguir pensando.
Luego de desayunar, a pesar de lo tarde que era, se dirigió al departamento de
sus cuatro amigos con la idea de despejar un poco su mente. Al llegar, encontró
a los extranjeros en la terrible decisión de qué podrían cocinar y quién debía
hacerlo. No lo pensó demasiado y les ofreció su ayuda. Después de todo, ellos
habían hecho mucho por ella también. Así que, entre mates y charlas, se puso
manos a la obra y preparó algo perfecto para el frío que hacia allá afuera, por
lo que los muchachos quedaron encantados.
Santiago: ¿Oriana,
sigues buscando trabajo?
Oriana: - con entusiasmo - ¿sabes de algo?
Éste le había comentado que JuanMa encontró unas
ofertas laborales en la universidad, que se trataban de trabajos pagados por
hora y sin necesidad de contrato. Entonces, el joven argentino (JuanMa) le
enseño la lista de empleos y decidieron ir urgentemente en busca uno de ellos.
Tuvieron suerte, pues ambos consiguieron una jornada en el Candy bar del cine,
y por la noche de bartender (barman) en un local bailable de la misma zona. De
esta manera, la pelirroja evitó a SeungHyun todo el día y obviamente evadió hasta
el pensarlo. No quiero omitir el hecho de que la joven dio por enterada a su
hermana que no estaría toda la noche en el departamento, claro está que no le
hablo en sí del trabajo, no creía que fuese aquel el momento de contarlo.
Cuando, al terminar con sus obligaciones,
regresó al edificio en compañía de JuanMa, éste le ofreció sus ganancias durante
la jornada. Oriana se negó rotundamente, no permitiría que hiciera algo así,
ellos estaban en las mismas condiciones.
Oriana: - al notar que su amigo no desistiría,
objetó- Mejor guardalo para invitarme un trago en otra ocasión.
JuanMa: Sos
terca,¿no? Bueno, para la próxima te invito algo. - da media vuelta y se
dirige al coche - Chau - la saluda de
lejos.
La joven le corresponde al saludo con la mano e
ingresa. Los cinco grados bajo cero se hacían notar con mucha insistencia a esas
horas de la madrugada. Entró rápidamente, deseando solo llegar hasta su cálida
cama y poder así descansar.
La mañana no fue muy interesante, la rutina
había sido “normal” para todos los habitantes del departamento, excepto para la
cocinera, quien seguía sin empleo y su hermana, ocupada en otros asuntos,
todavía no se percataba de ello. La muchacha se ocupo de la limpieza del hogar,
renegando del desorden. Vaya manera de “distraerse”. Por la tarde, la angustia
que sentía nuestra amiga pelirroja la llevó a sentarse en el balcón, tocando la
guitarra y cantando sin ningún tipo de ánimo, Roulette de System of a Down. Sin
duda, tenía la sensación de que la letra de este tema correspondía
completamente a sus sentimientos.
Voz: –rompe de pronto el silencio– ¿Te pasa algo?
Oriana: –rápidamente dirige su vista a la voz, y
contesta a modo de queja– Ay, me asustaste,
SeungHyun. Déjame en paz. –gira para darle la espalda. No quería que se le
acercara a conversar, o intentarlo siquiera, o por lo menos que no le hablara amablemente…
Si, prefería pelear con él, como solía hacer.
SeungHyun: Justo
traje chocolates - para llamar la atención de la muchacha, saca varios y
comienza a hacer ruido con los envoltorios mientras se sentaba a su lado.
La joven luchaba por no pedirle siquiera un
pedacito de aquella barra del dulce que estaba desenvolviendo el muchacho,
aunque era de su favorito, con maní. Él notó (y disfrutó secretamente) aquella
insistente mirada.
SeungHyun: - notando los deseos de la pelirroja
- ¿quieres?
Oriana: - fija su vista en frente, con el mayor
poder de concentración del que disponía - No.
- mira a SeungHyun - Dije que me dejes en
paz.
SeungHyun: Tenía
uno para ti - le acerca uno de los chocolates.
Oriana: - se pone de pie,llevándose la guitarra
- Dije que no. –cada vez sentía más
fuerte aquella opresión el pecho. Se dirige a su habitación, seguida de cerca por SeungHyun.
SeungHyun: - esta vez extrañado - ¿Te pasó algo? Yo solo intento ser amable.
Oriana: No
necesitas ser amable conmigo - intenta conducirlo a la puerta del
dormitorio, pero éste se resiste.
SeungHyun: No
voy a salir - por más intentos que hacía la cocinera no lo pudo sacar, y él
logró cerrar la puerta del cuarto - No me
voy hasta que me digas que te sucede.
Oriana: No
pienso decirte - se puso muy nerviosa, sólo quería escaparse de esa situación.
Claro… "escaparse", se dirigió a la
ventana, decidida a salir por allí, y esto alarmó al joven de lentes, quien, al
intentar retenerla, sujetó fuertemente su torso y... - ¿Qué está pasando aquí?– inquirió, en un tono alto de voz y con
trazo de desagrado, Ingrid, sorprendida y molesta. Al escucharla, SeungHyun
pierde el equilibrio y cae, junto con la pelirroja, de espaldas al suelo.
Oriana: - se pone de pie - Él me estaba molestando.
SeungHyun: - también ya de pie - ¿Y eso bastaba para que te quisieras tirar
por la ventana?
Oriana: –con obstinación– No iba a hacer eso. ¡Aish!
SeungHyun: - alineándose la ropa - Mejor me voy - se acerca a la puerta,
pero antes, a Ingrid - Para ti –
obsequiándole el dulce. Se retira.
Oriana: - sin perder tiempo - ¿Me convidas?
Ingrid: Comételo
todo si queres.
Sin extrañarse por la sorpresiva generosidad de
su hermana, la pelirroja saborea el ansiado chocolate, ya que tal vez sería el
último, pues, esa noche, luego de muchos vaivenes mentales, Oriana llegó a una decisión
que podría ponerle fin a toda esa mezcla de sentimientos. Después la
compartiría con Ingrid.
Al día siguiente, con aquella idea fija en su
mente, la mayor de las hermanas se levantó a la hora habitual de la mañana, se
vistió, tomó el desayuno y cuando se aseguró de que nadie estuviera ya en el
departamento, algo totalmente predecible pues todos trabajaban en el día; esto
lo hizo, como ya dijimos, para asegurarse, ya le había pasado y todos lo
sabemos… Salió del edificio con mucha prisa y con la sensación de que alguien
la seguía. Se cubrió la cabeza con la capucha de su campera, a pesar de tener un
gorro ya puesto. "Este gorro debe llamar la atención" pensó,
objetivamente. Para llegar a la parada del autobús que la llevaría, debía
cruzar una avenida que estaba a cuatro cuadras, pero debido a esa extraña
sensación de que alguien continuaba siguiendo sus pasos, tomo otro camino, y sin
darse cuenta, se encontró en una calle sin salida. De inmediato, notó que aquella
presencia no era solo una sensación, pues escuchó unos pasos y los latidos de
su propio corazón, que se aceleraban cada vez más. Tenía miedo, pero… ¿Por qué
sentía miedo?
Giró la cabeza lentamente, resistiéndose a la
idea de tener que mirar a… ¿su perseguidor tal vez? Y se sorprende al verlo, pues
la persona que había esto tras ella resultó ser no solo quien ella menos
esperaba, sino a quien deseaba no ver más… ¿SeungHyun? ¿Qué mierda hacía él
ahí?
SeungHyun: - tratando de descifrar la mirada de
la joven - Vas a contarme en qué estas
metida.
Oriana: ¿Qué?
Yo... Yo no estoy - suelta una risa nerviosa - Yo no estoy metida en nada. Es más, tengo que hacer unas co...
SeungHyun: –interrumpe– A mí no me engañas. Si estás metida en problemas, te voy a ayudar
quieras o no.
Oriana: Yo
estoy bien. Aish! Que insoporta... - el triste semblante del muchacho provoca
que se detenga.
SeungHyun: De
verdad que eres tonta. Me preocupo por ti y tú ni siquiera agradeces. No eres
más que una egoísta.
Sintió aquellas palabras como si fuesen
puñaladas que atravesaban su pecho de lado a lado. No quería verlo sufrir, si
es que lo hacía… pero ¿Por qué todo era tan difícil? ¿Por qué él la había
seguido y ahora se mostraba tan afligido? ¿Por qué ella sentía ese peso en el
corazón al verlo así?
Oriana: Yo...
Ya no tendrás que preocuparte más por mí. ¿Contento? Me voy de Corea, araso?
SeungHyun: ¿Qué
dijiste?
Oriana: Lo
que oíste. Me voy, estoy harta de ti. Odio que estés pendiente de mí, odio que
me ayudes, odio que me abrigues, odio que me regales chocolates, que pagues mi
comida, pero… sobre todo… ¡Odio que me gustes tanto!
Continuará...
Me encanta Lim Kim, tiene una voz maravillosa, recomiendo que la escuchen, Si piensan que este capitulo quedó interesante, pues no se pierdan el próximo. n_n
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