(Más adelante verán quien es él)
– Hogar dulce hogar –
comienza Oriana alzando los brazos de alegría – ¿qué tiene de dulce esto?–
responde Ingrid un tanto desanimada. La muchacha de buen humor recorre el mono
ambiente –Dulce va a estar la torta que voy a comprar de acá en la esquina –
siempre que iba a otro lugar, la pelirroja sabía encontrar pastelerías y, como
el invierno la invitaba a disfrutar de lo dulce, ella no desaprovecharía
oportunidad de probar cuanta delicia se presentara ante sus ojos.
Ingrid: Salgo a tomar
aire –murmura con el mismo desanimo con el que entró al sitio.
Oriana: Pero hay mucho
que ordenar. Mmmm –cruzando los brazos –. Como siempre tengo que hacerlo sola.
La menor de las
hermanas realmente no lamentaba el sitio, es más, le parecía bien vivir en una
especie de terraza. Además, su vecina era bastante agradable, una latina como
ellas. Recordaba aquel momento en el que llegaron al lugar y la anciana
locataria les presento a la joven, suponía que la muchacha las entendería y, de paso, podría ser la traductora. La
pelirroja, al verla, se alegro tanto que no pudo contener la emoción, la miraba
con sorpresa y con una felicidad infinita como si hubiera encontrado oro debajo
de la cama, o algo de igual magnitud. No dudo en ir a abrazarla, presentándose
rápidamente y preguntándole como se llamaba y que hacía en Corea. La chica,
sorprendida, respondía tímidamente, realmente no se esperaba tremendo trato,
tal vez porque prácticamente perdió la costumbre.
En forma de L, el
departamento no era muy amplio, pero para lo poco que tenían las muchachas
estaba bien, aunque la pintura era vieja y algo sucia. En el suelo, que
necesitaba una barrida, casi tropiezan
con el escalon de la entrada, típico en
las casas asiáticas. Bajo una ventana, ubicada justo donde saldria el sol al
amanecer, iluminando todo el cuarto durante la mañana, encontraron una pequeña
pero firme mesada con lavamanos. Los muebles venían incluidos: una mesa ratona,
un escritorio junto a una silla, dos futones, un estante y la mesada. No contaban
con una cocina, pues si no comían en el restaurante, cocinaban algo en lo de su
vecina, Mayra: así les había dicho que se llamaba aquella muchacha latina. Los
demás objetos fueron donados por el restaurante y sus compañeros; utensilios de
cocina, sábanas y frazadas, cosas que realmente sobraban en el Hotel, la
solidaridad era una admirable característica de la gente en ese país tal cual
como en Argentina.
La menor de las
hermanas seguía su andar, pensaba que tenían suerte, por el lugar, nada costoso,
pero por otro lado se sentía estancada en el país del lejano Oriente, como si
cada paso que daban para salir a “flote” las hundía, las sumergía en lo
profundo del mar de Corea. Esa mezcla de sentimientos y la confusión producto
de no saber si estar contenta o triste, la deprimían de una forma que Oriana
jamás entendería. Al final del trayecto decidió, simplemente dejar de pensar y
vivir esa realidad por la que estaban pasando. Ya llegaría la hora de volver,
así que decidió no lamentarse, a pesar de todo, y seguir como si fuesen unas
“vacaciones especiales”, tal vez demasiado para su gusto.
Cayendo la noche, las
hermanas Correa y su vecina estaban reunidas festejando, lo que ellas llamaban
la inauguración de su nuevo hogar. Su invitada había llevado chocolate caliente
justo para compartir con la torta que salió a comprar la pelirroja
apresuradamente después de ordenarlo todo. Al principio el entorno se lleno de
preguntas, de esas que nos hacemos todos al momento de conocer a la gente,
dependiendo de las circunstancias. Mayra pasó a relatarles que estaba instalada
allí debido a que, como era estudiante de intercambio y que vivía anteriormente
en la casa de alumnas de la universidad, con otras estudiantes, también de
intercambio. Pero la relación no era buena y se tornaba cada vez peor, así que,
para no perder la beca ni el semestre y tener que regresar a su país sin pena
ni gloria, decidió mudarse y el único sitio al que podía ir, teniendo en cuenta
su condición, era este. También advirtió a las muchachas que el lugar en el que
estaban viviendo era como lo más bajo de Seúl -¿Qué?- se preguntaron ambas
sorprendidas.
Oriana: -haciendo
puchero- pero si este lugar es bien bonito.
Ingrid: deberían
conocer las villas entonces.
Mayra: sé a lo que se
refieren. Mejor que no le digan a nadie que vivimos aquí- ambas muchachas se
miran y asienten.
Oriana: pero aunque
sea debo decírselo a Eun Pyo- exclama-
Mayra: -extrañada-
¿Eun Pyo? ¿Tienes un amigo?
Oriana: -con una
sonrisa- si, es un chico muy bueno,
salimos una vez y tal vez mañana lo vuelva a ver.
Mayra: -curiosa- pero,
el ¿te gusta?
Oriana: ¿eh?
-extrañada- él es muy copado, yo este… -pensante- no sé hace mucho no me gusta
un chico –ríe tímidamente-
Mayra: pues… -calla
repentinamente- a mí me gustan los chicos de aquí.
Ingrid: -salta
súbitamente, interrumpiendo la conversación- ¿mañana es sábado?
Oriana: Si -curiosa-
¿qué pasa el sábado?
Ingrid: es que tengo…
-al notar que ambas jovencitas están pendientes de ella- No, nada. Solo que ya
voy a tener franco. –prefiere evitar las cargadas de su hermana. Con lo de la
mudanza los días pasaron rápido y estaba cercano el encuentro con Seung Hyun.
Oriana: -volviendo al
hilo de la charla- la verdad que los chicos acá son copados, aunque en todo el
mundo hay uno que otro.
Mayra: – contesta
rápidamente – No me refiero a eso. Me refiero a, que me gustan los coreanos
–nota que las muchachas la observan sin entender a que se refería, prosigue-
bueno es que son tan lindos y si vieran algún que otro dorama se enamorarían de
los protagonistas y, obviamente, de sus intérpretes –sonrojada.
Oriana: ¿Qué es eso?
–Pregunta y luego se lleva un pedazo de pastel a la boca.
Ingrid: Doramas son
los dramas pero mmm asiáticos. O sea, deriban de la palabra Drama, de origen
griego, ¿verdad? -preguntando a Mayra.
Mayra: -confundida por
tanta elocuencia- Si, algo así, pero hay de varios géneros. Las comedias
románticas son muy...
Oriana:
-interesándose- Cuéntame más – a punto de llevarse otro bocado se detiene –
espera… ¿tienen un estilo animé? – entusiasmada con la respuesta sigue su acto,
anteriormente interrumpido.
Mayra: si. Algunos se
basan en mangas.
Oriana: Buenísimo, así
estoy más interesada. Sería como el live action de “Death Note” pero en serie
¿verdad?
Mayra: – sonriente –
Así es.
Ingrid: – recuerda que
estuvo muy callada – Entonces tu Kennichi podría estar en varios doramas.
Oriana: Tendré que
hacer una lista de doramas japoneses para ver.
Mayra: Les recomiendo
que vean doramas coreanos. Bueno a mí también me gusta Kennichi, es muy lindo.
Los japoneses también me gustan y los taiwaneses. ¡Aaaah! Es que me gustan los
asiáticos – el tono eufórico con el que lo dijo dejo a las protagonistas
atónitas.
Oriana: – decide
hablar para romper el hielo – Ok.
Mayra: Ay lo siento,
no me di cuenta – encogiéndose de hombros.
Así continuó hablando
de los chicos que le gustan e Ingrid comentaba sobre las bandas japonesas, pero
a Oriana le aburría un poco esa parte de la conversación, por lo que se quedó
callada un rato, hasta que comenzaron a practicar el idioma. Las horas
corrieron y era tarde, por lo que Mayra se fue a dormir. Todas tenían mucho
sueño.
Día siguiente/ sábado
– ¿día de citas?
– Adiós – se despide
la pelirroja de sus compañeros de trabajo, uno más atento que otro en ella,
pues había preparado comida por separado y la colocó en tuppers. Se había
arreglado más que otros días… en definitiva, se había arreglado, teniendo en
cuenta que para ese trabajo las apariencias no importan. Tal vez lucía más
animada que en otras ocasiones.
Compañero 1: ¿Saldrá
con alguien Oriana Noona? – Desanimado – Aw, creo que no se fijará en mí.
Compañero 2: – molesto
por la inocencia de su Dongseang, con una palmada en la nuca – No sé cómo
puedes pensar en esas cosas. Es extranjera y está de paso. No se fijará en ti,
babo.
Compañero 1: Aishh
malo. Necesito amor.
Oriana: – ya con su
amigo – ¿Conoces algún lugar al que podamos ir a comer tranquilamente? –
enseñándole el almuerzo.
El muchacho surcoreano
llevó a la protagonista al Parque Pyeonghwa, muy popular para lo que tenía
planeado la pelirroja (picnic). Lo que más brillaba era el panorama verde que
se podía contemplar, nada tenía que ver con la ciudad. Parecían estar en otra
dimensión.
Oriana: – deslumbrada
por el paisaje – Aigo! – Comienza a servir la comida – Yo lo hice. Espero que
te guste.
Eun Pyo: Huele bien.
Gracias. Y ¿cómo van tus clases de coreano?
Oriana: – en coreano –
Bien – piensa un momento –. Practiquemos. Espera – saca apresuradamente su
cuaderno de la mochila y comienza a hojearlo – ¿Qué haces? – no sabía si él la
entendería, así que agregó en voz baja – Work.
Eun Pyo: -responde
también en voz baja- te entendí. ¿Qué hago? –Se pregunta así mismo- Yo soy DJ
–contesta rápidamente.
Oriana:
– admirada – Wow, DJ? Really? Cool!!
Eun Pyo: Deberías
hablar en coreano.
Oriana: – sonríe con
simpatía – Lo olvidé.
Entre bocado y bocado,
continuaron con los estudios hasta terminar el cuaderno de la joven, e incluso le había ayudado con su tarea. Una
vez que finalizaron el almuerzo, juntaron todo el desorden de tuppers que
habían hecho y, de pronto, la cocinera ve pasar un grupo de jóvenes montados en
bicicleta a toda marcha. Ella quería hacer lo mismo, desde hace ya un tiempo, y
no dudó en hacérselo saber a su amigo. “Me gustaría” murmura con suficiente
claridad como para que su compañero la escuche, luego piensa en lo que dirá a
continuación, acompañándose de ademanes y apuntando a aquel grupo “bicycle”
completa. El muchacho se entusiasma
rápido y buscan un lugar en donde se podían alquilar las bicis. Ya realizado el
trámite ambos se colocan las rodilleras, coderas y cascos, pero a Oriana le
cuesta ponerse este último, molestada por tener que protegerse tanto (bien a lo
argento/argentino), así que expulsó rápidamente la idea de usarlo y por eso lo
lleva en el codo. Antes de abordar la bici es detenida por el surcoreano, quien
amablemente le dice “debes protegerte” y logra prender el casco. La latina
agradece tímidamente este dulce gesto, sube de inmediato a su medio de
transporte y, muy emocionada, grita a Eun Pyo “El que llega último tiene cola
de perro”. De esta manera arranca rápidamente. El muchacho también se apresura,
aunque no había entendido lo que quiso decir. Todo el paseo había culminado con
una caída que tuvo de protagonista a la pelirroja, pues, intentado impresionar
a su amigo, intenta hacer un wally (es decir, levantar la parte delantera de la
bicicleta), si un wally con la bici, y sin darle importancia se levanta
diciendo que estaba bien.
Para acabar la jornada
ambos se dirigen, por recomendación del joven, en ir a un centro comercial de
la cuidad. Una vez que llegan a este lugar, la atención de Oriana es atraída
por un grupo de gente. ¿Qué habría allí?
Eun Pyo: Creo que se está
haciendo un concurso.
Oriana: Vamos – lo
lleva del brazo al lugar.
Eun Pyo: – con la
cabeza gacha, como tímido, se acerca al presentador – ¿Qué hay que hacer? y
¿cuál es el premio?
Presentador:
-percatándose de su presencia- ¿quieres concursar?
Oriana: – interrumpe,
apuntando a ambos, ella y Eun Pyo – Sí.
Presentador: Ok.
Aguarden con los demás, enseguida comienza el concurso – se prepara, al
micrófono – Estos jóvenes competirán por el nuevo celular Sanbung 05K ¿lograran
el objetivo? –Acomodándose cerca de una pantalla – Tendrán que bailar los
pasos… – apunta la pantalla.
Toda la multitud
presta atención con curiosidad y pronto se observa, en la pantalla, un grupo
juvenil en un recital. Mientras el presentador va narrando lo que sucedería a
continuación, la cocinera solo atinó a entender algo: ¿Kpop? Sí, eso es lo que
pudo oír claramente. Los demás concursantes se mostraban más animados al ver
las imágenes y acompañaban la música con cantos y movimientos de cabeza. Eun
Pyo le explicó que debían bailar los pasos de ese grupo Kpop, y la muchacha se
desanimó, ya que ella no era nada buena bailando ese tipo de coreografías, no
obstante, ya estaba en el baile, sabia claramente que tenía que bailar. Sus
pasos fueron torpes e intentó inventar su propia coreo guiándose por el ritmo
de la música, pero no funcionó y quedó eliminada. “Qué vergüenza” decía para sí misma. Luego de varios participantes
era el turno del simpático muchacho coreano. Apenas se ubico en el centro e hizo
una pose de espera que ya le daba un aire a idol… mostrando una presencia
hipnótica. El muchacho bailó y deslumbro
con su actuación, definitivamente él sería el ganador por aclamación del
público.
Fin del concurso, tal
como se tenía pensado, Eun Pyo resultó victorioso. Mientras le entregaban el
premio, el presentador le pregunta qué iba a hacer, y el ganador se dirige a su
amiga, entregándole lo que había ganado. La muchacha, sorprendida, miraba aquel
celular y a su amigo una y otra vez, no podía creer que alguien le hiciera tal
regalo, aunque no le había costado, se sentía muy agradecida tanto que no dudo
en abrazarlo y estampar un amistoso beso su mejilla, algo que el surcoreano no
esperaba, menos delante de tanta gente, lo que lo dejo atónito y se puso
colorado como un tomate.
Superando el sopor que
le generaban los días como ese, Ingrid caminaba cuadra a cuadra hasta el hotel,
renegando de que ahora le quedaba más lejos, cuando antes atravesaba una calle
y llegaba al lugar en el cual acordó encontrarse con Seung Hyun. ¿Él estaba
esperándola? Le parecía verlo, especialmente por su pose erguida y esa forma
tan particular de vestir. Pero, mientras se fue acercando, confirmaba a cada
paso que si se trataba de su nuevo amigo. Él todavía no la había divisado, lo
que tentaba para hacer una broma divertida, aunque no sabía cual… ¿cubrirle los
ojos? No, él era más alto que ella, ¿empujarlo? Tampoco, podría caerse y
lastimarse. ¿Fingir que era una ladrona? En Corea del Sur quien lo creería.
Mejor le ponía dentro del cuello el envoltorio del chupetín que se estaba
comiendo y listo. Esa opción si estaba a su alcance.
Ya parada tras Seung
Hyun, intentó hacer su broma, pero cuando separaba la ropa del cuello, el
muchacho sintió el contacto de sus fríos dedos y dio media vuelta con
brusquedad, por lo cual empujó a Ingrid con un codo y la dejó sentada en el
suelo. Tremendo susto se llevaron los dos.
Sueng Hyun: Oh – con
una reverencia – Lo siento, eh… I’m sorry – la ayuda a ponerse de pie
nuevamente.
Ingrid: Ahora si te
mereces mi broma – dice en español para sí, y luego decide hablar con él –
Hola, no te preocupes – también hace una reverencia y sacude un poco su ropa –
¿cómo has estado?
Seung Hyun: Bien, sin
problemas – responde, asombrado por el avance de Ingrid en coreano – Veo que te
estás aplicando. Que gusto.
Ingrid: Eh?
Seung Hyun: Ya veo
hasta donde llega tu conocimiento…
Ingrid: ¿Qué?
Seung Hyun: Está bien.
Está bien – intenta usar palabras sencillas y se acompaña con gestos – ¿Qué
vamos a hacer en nuestra cita?
Ingrid: ¿En nuestra
qué?
Seung Hyun: Cita. Date, date
Ingrid: Ah... –
reflexiona – A-ni-yo (no). No date, is a… meeting.
Meeting of friends.
Seung
Hyun: Meeting… No date?
Ingrid:
Ne (si) – piensa – ¿Qué hacer? Pasear por la cuidad.
Seung Hyun: No hay
problema.
Seung Hyun dio media
vuelta y comenzó a caminar sin previo aviso, así que Ingrid tuvo que ponerse en
marcha de golpe. Como él se movía muy a prisa, la muchacha tuvo que acelerar el
paso, sin notar que causó cierto disgusto en su nuevo amigo, imponiendo el muro
que significa la frase (mal dicha, por cierto) meeting of firends. Pero
claramente no era culpa de ella. ¿Quién había utilizado primero la palabra
amigos en referencia a ellos dos?
No era momento de
pensar por qué eso no era una cita (ni siquiera una cita amistosa), si no de
pensar a donde podían ir… casi sin darse cuenta, con algo de ingenuidad, la
llevo hasta la calle Rodeo de Apgujeong, esperando no ser reconocido por
alguien. Intentando ser lo más claro posible, comenzó a indicarle algunos
lugares, como las cafeterías y restaurantes a las que iban los famosos, los
bares de moda y haciendo alguna que otra crítica muy sutil sobre comidas,
bebidas, atención y algunas otras cosas que ella no pudo entender demasiado,
pero se deslumbró al ver tanta gente bonita desde las ventanas. Hasta que,
pasando por frente a un café, Ingrid vio una imagen que parecía una ensoñación:
reflejaba una cierta melancolía, como si el dueño de ese atractivo rostro fuese un alma atormentada.
La curiosidad la estaba matando, así que pidió a Seung Hyun que entraran al
lugar.
Ingrid: ¿Podemos
entrar allí? –Pregunta lentamente en coreano, mientras indica la entrada a la
cafetería.
Seung Hyun: Si. Claro
que podemos. ¿Quieres entrar?
Ingrid: Oh, por
supuesto – contesta ansiosa – y, como tú lo peguntaste, te toca pagar a ti
–entra corriendo.
Seung Hyun mira para
todos lados nervioso, como si alguien lo estuviese mirando y lanza un “que
atrevida” antes de seguirla hasta el interior del café.
Afortunadamente para
ella, Ingrid consigue una mesa que estaba cerca de una pared con un espejo, el cual reflejaba al
melancólico misterioso. Ella se sentó mirando al espejo y dejó el otro asiento
para Seung Hyun. Su atención tuvo que dividirse en dos partes: por un lado,
espiar al joven desconocido, cuyo atractivo la dejaba cada vez mas
impresionada, y por el otro, extrañarse de cómo su amigo se ponía nervioso y
parecía querer esconderse tras la carta.
Ingrid: ¿Qué te pasa?
–pregunta, moderadamente desconcertada.
Seung Hyun: Nada…
Estoy bien – contesto con mucha rapidez.
Ingrid: Aha… –
responde ella, pues no sabía cómo decirle en coreano “comunícaselo a tu cara”
Mientras ambos
intentaban sostener una extraña conversación en la cual la protagonista
pretendía poner en práctica los conocimientos que había adquirido y él le
enseñaba alguna que otra cosa, como las palabras mesa, silla, taza, café,
cuchara, azúcar, entre otras (todo lo que había a la vista), cómo llamar al
mesero y pedir la orden, o la cuenta y ella anotaba todo esto en su libreta
velozmente. De vez en cuando espiaba al melancólico, quien contestaba una
llamada a su celular y sonreía simpáticamente, con lo cual lo veía aún más atractivo, como un verdadero
deleite para sus ojos. En un momento, este muchacho pidió la cuenta para irse
y, cuando abandonaba el lugar saludó a Seung Hyun a la distancia, inclinando un
poco la cabeza y fue correspondido con el mismo gesto y un “An-nyeong” apenas
murmurado.
Ingrid: ¿Quién es? –
Preguntó, intentando simular su interés.
Seung
Hyun: Es… eh… Yong Hwa. Jung Yong Hwa.
Ingrid: Ah… Entiendo –
agrega la muchacha entre tono sarcástico y una expresión que decía lo
contrario.
Seung Hyun: Él –
comienza a explicar lo que dijo antes, pues aunque no estaba acostumbrado al
sarcasmo, podía entenderlo bastante bien – Él es el líder de una banda de Rock
bastante popular llamada CNBlue. ¿Entiendes ahora?
Ingrid: Solo entendí
lo de banda y llamado CN… y eso. Pero, ¿Cómo conoces a un… este…?
Seung Hyun: es que… Yo
trabajo con instrumentos musicales –respondió en un coreano mezclado con
Ingles.- reparo – hace un gesto como si martillara algo – y afino – realiza una
mímica con una guitarra imaginaria – y vendo instrumentos. Por eso me conocen.
Ingrid: Ah – responde
aunque muy difícilmente había comprendido – Entonces, por eso conoces una
banda.
Seung Hyun: Conozco
varias. Es sábado. Hablemos de otro tema.
Ingrid: Yo quiero ser
– revisa sus notas – mesera. Es más dinero… pero no se hablar bien aun y estoy
lavando platos… por ahora.
Seung Hyun: En Corea
no dan propina. Es costumbre.
Ingrid: ¿Qué? – Inquirió
ella, levemente desilusionada – malditos coreanos tacaños – murmuro en español.
Seung Hyun: Deberías
apresurarte y hablar mejor.
Ingrid: Quiero clases
extra – comentó en un tono de voz muy simpático que hizo reír a Seung Hyun.
Luego de conversar
otro rato, terminar el café y pagar la cuenta, Seung Hyun llevó a Ingrid
apresuradamente a un lugar que seguramente la dejaría maravillada: el puente
Bampo, encima del río Han. La muchacha corrió a lo largo del mismo casi tres
veces antes de cansarse, pues estaba deslumbrada por el bellísimo espectáculo
que contemplaban sus ojos: largos chorros de agua con luces de colores que
representaban todo un espectáculo. Como su celular no tenía una buena cámara,
exactamente sin flash, no pudo capturar ese momento. Su amigo la miraba entre
risas mientras ella correteaba por ahí de un lado al otro, pensando que esa
chica tan extraña, al entusiasmarse podía ser realmente encantadora.
Seung Hyun: Ya, ya –
dice mientras la sujetaba por un brazo para que deje de andar por ahí. – Vas a cansarte.
Ingrid: Esto es
hermoso –casi gritó en inglés. – Seúl puede ser una cuidad mágica. – mira a su
alrededor y ve un montón de parejitas agarradas de la mano mientras observaban
lo mismo que ella y sintió escalofríos… esperaba que Seung Hyun no la haya
llevado allí con otras intenciones.
Seung Hyun: Yo no
vengo muy seguido a este lugar, pero ver tu reacción me recordó lo bonito que
es.
Ingrid: No opino igual
–contesto, pues no había entendido lo que dijo Seung Hyun, pero quiso evitar
cualquier segunda intención.
Seung Hyun: ¿Me
entendiste?
Ingrid niega con la
cabeza y Seung Hyun comienza a reírse de ella. La joven intenta explicarse,
pero él no puede parar de reír, así que lo único que le queda por decir es un
“hace frio” con toda la intención de volver a su casa. Su amigo la acompaño
hasta unas tres cuadras cerca, donde ella podía ubicarse sin problemas.
Seung Hyun: ¿Vives por
esta zona? ¿Y el Hotel? –pregunta sin saber si ella pudo entenderlo.
Ingrid: Problems
–dijo, pues solo escuchar la palabra hotel entendió lo que él había dicho –
Vivo en una terraza – agrego para saber si lo que les había dicho Mayra era
cierto.
Sueng Hyun: ¿Eh? ¿En
una terraza? –inquiere muy sorprendido.
Ingrid: Tomodachi
(amigo) –comienza a decir, con los brazos bien abiertos – give me a hug (dame
un abrazo)
Ni bien terminó de
decir esto, se acercó al muchacho y lo estrechó entre sus brazos. Él estaba muy
sorprendido como para poder reaccionar, algo que la protagonista aprovechó para
concretar su broma sin perder el tiempo, colocó el envoltorio que había
guardado en su bolsillo para ese momento y lo deslizó entre el cuello de su
amigo y la ropa del mismo, por lo cual él se soltó rápidamente y llevó sus
manos hasta la espalda, tratando de sacar esa basura de allí. Ingrid, mientras
tanto, reía a carcajadas antes de despedirse de él y correr hasta su casa, muy
contenta por haber concretado su primera broma en casi un mes.
Definitivamente, la
próxima vez que encontrara a Seung Hyun, le resultaría muy interesante.
Al entrar al cuarto
Oriana se encuentra acostada en su futon con Leki a sus pies ronroneando
–¿Dónde estabas? ¿Qué? ¿Saliste con el tal cosito, ese, no me acuerdo el
nombre? – Ingrid decide ignorarla, pues todavía no puede dejar de reír tras la broma
que acaba de hacer – ¿Quee? ¿Por qué tantas risitas? - insiste la pelirroja –
Acaso…– desliza una sonrisa maliciosa y levemente comienza a agarrase las manos y ubicarlas a
la altura del rostro – Oh Hyun – había recordado el nombre y como tirando besos
al aire –, amor mío.
Ingrid: – negando con
la cabeza y alzando la vista con un suspiro – Si tuviera menos obscenidades en
la mente sería más lista…
Oriana: Mira – dice
mientras saca el nuevo artefacto debajo de su almohada – Solo tengo que
conseguirle un chip, lo podemos usar las dos.
Ingrid: -con cierta
desconfianza- ¿de dónde sacaste eso?
Oriana: Eun Pyo me lo
regalo. Esta bueno ¿no?
Ingrid: ¿Quien? ¿Eun
Pyo? Noo pero si con semejantes regalo debe estar más que bueno –haciendo
comillas con sus dedos – ¿Qué hiciste? – pregunta asustada y entrecerrando los
parpados.
Oriana: – ciertamente
enojada – Decile a tu retorcida mente que se quede tranquila, lo ganó en un
concurso y me lo regaló porque él ya tiene uno y además a nosotras nos sirve,
mira se pueden ver videos.
Ingrid olvidando lo de
“retorcida mente”, se sienta junto a su hermana para observar el video en
reproducción, pero se pregunta mentalmente si es que ese tal Eun Pyo estaba
interesado en la muchacha junto a ella, y al parecer a Oriana él no le caía
nada mal. Cabría la posibilidad de que ésta se pusiese de “novia”, con todo lo
que esto significaba más que nada para la pelirroja, tal vez eso sería bueno,
pero también… sería lo peor.
CONTINUARÁ…
Pero por Dios, cuantas cosas
pasaron: Seung Hyun e Ingrid y bueno, ¿Jung Yong Hwa? ¿Qué es esto? Y, por otro
lado: Oriana y Eun Pyo cada vez más cercanos. La actitud del simpático
protagonista ¿estará conquistando a la pelirroja? En nuestro próximo capítulo
habrá un beso. Ooooh siiiii!!! No se lo pierdan!!
Datos
curiosos:
-
El Parque Pyeonghwa (lugar donde van Eun Pyo y
Oriana) forma parte (junto con otros cuatro) del parque de la Copa Mundial, se
ubica cerca del estadio de la Copa Mundial de Seúl. Pyeonghwa (Paz): es el parque más
cercano al estadio de la Copa Mundial de Seúl, con un estanque, jardín, plaza
de juego para niños y bosque. Es un área muy popular para hacer picnic y
estudios de ciencias de la naturaleza. El
parque de la Copa Mundial inició su apertura el 1ero. de mayo de 2002, y
fue una tierra de 15 años rehabilitada que contenía más de 92 millones de
toneladas de basura. Se tardó 6 años en estabilizar los desechos (se calcularon
la cantidad para la prevención de desechos que contaminan el medio ambiente) y un
año adicional para la construcción del parque.
- La Calle Rodeo de Apgujeong (visitado por Ingrid y
Seung Hyun), es conocida como la Meca de la alta moda gracias a la formación de
un área cultural de alto consumismo que crea tendencias de moda de liderazgo con
un ambiente único, gracias a sus tiendas amables, tiendas de marcas extranjeras
con artículos de altos precios, negocios de moda hip hop con precios bajos y
tiendas de adornos. En ella hay en especial muchos cafés con bella decoración
de interiores, y numerosos restaurantes de cocina coreana, tailandesa y
japonesa. Los salones de belleza se concentran una al lado de la otra en estas
calles y debido a este ambiente, la zona de la ‘Rodeo Street’ atrae principalmente
a los jóvenes adolescentes. Si tiene suerte, en esta zona podrá encontrarse con
estrellas del mundo del espectáculo pues suelen visitarla con frecuencia.



Weee que buen capitulo! Me encanta la parejita Oriana/Eun Pyo. Son muy dulces :·3
ResponderBorrarAparecio Yong Hwa D: ¿qué pasará ahora?
No sé pero de alguna forma me dio un poco de penita Seung Hyun :/ pero bueno veremos que pasa después...
Hola!!! (vuelvo a contestar comentarios) Gracias por seguir la historia tan fielmente! (somos felices por eso)
BorrarTe va a encantar lo que se viene! Tengo fe en eso.
Saludos!!!
Me encanto el que atrevida de Seung Hyun. Y Yong Hwa también va a aparecer en la trama. Waa que liiindo!! *Luci*
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