“Yo siempre río como esta vez, y… por más
que el mundo sea complicado. Nunca mis lágrimas voy a mostrar…” Lucky de
Ashily.
– ¿Ingrid?
– Oriana le llama la atención de su hermana y toca su hombro con dedo índice –Despertate,
ya es de día.
– Mmm,
quiero seguir durmiendo… – murmura ella, con voz pastosa, aunque de a poco comienza
a abrir los ojos.
La chica pelirroja se levanta y acomoda las
cosas, entre las cuales encuentra algo que la deja muy sorprendida, y no duda
en hacérselo saber a su hermana:
– No
te la puedo… – dice mientras se tapa la boca de la impresión, a lo que
Ingrid se despierta.
– ¿Qué
pasa ahora? – Inquiere con voz tenue
.En ese instante, la morocha cae en la realidad: no estaban en su país sino en
el otro lado del mundo y, para colmo de males, la estaban pasando muy mal. Sentía que le
dolía todo el cuerpo, después de dormir toda la noche acurrucada, y comienza a
moverse lentamente.
Ingrid: – ¡Ay! Me duele todo, por un momento desee que todo haya sido una
pesadilla… ¿Porqueeee? – De repente observa lo que su hermana le estaba
mostrando – ¿Qué?
Oriana: Dinero,
amado dinero – colocándolo en sus bolsillos.
Ingrid: – ¿De dónde salió eso? De Dios no fue.
Oriana: – Creo que hay gente que se apiado de nosotras – despeina un poco a
su hermana.
Ingrid: – algo molesta- ¿Qué haces? – mientras trata de alejarla
de ella.
Oriana: Es
para que sigas pidiendo limosna – se
justifica – mientras yo voy a buscar algo
para comer, enseguida vuelvo por favor no te muevas de acá y cuida todo ¿sí? –
agarra su morral rápidamente.
Ingrid: Sí,
sí. Andate, así volvés rápido, que tengo hambre.
Oriana: Ok.
No le hagas caso a nadie, a menos que sea un
multimillonario…
Ingrid: – cansada de los “consejos
protectores” de Oriana, la interrumpe en voz alta – ¡¡¡Andaaa!!!
Oriana: Bueno,
bueno – se va.
Mientras camina, observa todo a su
alrededor. Todavía sin creer todo lo que les había pasado, que si esto era una
película deseaba que el director dijera “corte”, así se desprendería de su
personaje y de la situación “ficticia”. Pero esa palabra tan esperada nunca
llegaba, simplemente porque no existía, ni ella era actriz, ni eso era un film.
Cada paso que hacía en su andar la entristecía más. Detiene su marcha al encontrarse
con una plaza, en la cual visualizó unos puestos de comida y pensó que sería
perfecto comprar algo ahí y volver rápidamente. Se acerca a unos de los puestos
y el aroma provoca que su apetito despierte
– Excuse
me, speak English? – le pregunta a un puestero, de quien, como respuesta
recibe un montón de palabras atropelladas que no podía entender, ni mucho menos
envueltas en ese tono. Es que no comprendía si le estaba retando o si solo le
estaba hablando, o qué, así que decide marcharse con un “sorry”.
Sentándose ya alejada de los puestos,
vuelve a sentir aquel dolor en el pecho, la garganta cerrada, esa angustia y
frustración, sensaciones que ya se habían apoderado de ella el día anterior,
solo que esta vez son más intensas. ¿Por
qué pasa esto? se pregunta a sí misma ¿Qué
será de nosotras? ¿Por qué no pude decirles a todos que los quería?
Continúa diciendo para sus adentros, y de a poco unas lágrimas comienzan a
deslizarse sobre su rostro. El llanto se tornó inevitable, con tantas preguntas
inconclusas en su cabeza, con tanta mala
suerte… Por lo menos Ingrid expresaba su ira haciendo griteríos y berrinches,
pero a la mayor de las hermanas le resultaba más difícil, así que ese llanto se
convirtió en su desahogo.
De pronto escucha una voz y tímidamente
dirige su vista hacia quien le había hablado, porque se había dirigido a ella,
vuelve la vista, ocultando su rostro, se seca las lágrimas y nuevamente oye al
joven. Esta vez, posa sus ojos sobre él y le dice con una tímida sonrisa – Fine, fine (bien), pero el chico se
queda pensando por un leve momento y vuelve a insistir – are you ok? (¿estás bien?).
Oriana: Yes
– otra lágrima cae.
Chico: – extrañado – Yes? So, why do you cry? (¿sí?, entonces, ¿por qué lloras?)
Oriana: – secándose esta última lágrima –
Because, I’m stupid. Everything is my fault (porque soy una estúpida. Es todo
mi culpa) – trata de contenerse mientras habla, por más difícil que le resulte.
Aquel joven realmente se había preocupado
por la muchacha, así que continuó su interrogatorio, mostrándose ante todo
amable y antento.
Chico: – what’s happened? Where are you from? (¿Que sucedió? ¿De dónde
eres?).
Oriana decidió contarle muy resumidamente
todo lo sucedido, pues no le gustaba hablar demasiado, nunca acerca de sus
problemas, y menos con un desconocido. Le resultaba difícil confiar en alguien,
aunque algo dentro de ella le decía que hiciera una excepción con el muchacho
que la escuchaba atentamente, tal vez de esa manera podría ayudarla. Cuando
finalizó el relato, le enseño el tan indescifrable mapa y el joven se ofreció
amablemente a acompañarla para que no se perdiera.
Rumbo al hotel que les había asignado el
cónsul para trabajar, la pelirroja estuvo estudiando minuciosamente el mapa y
prestándole mucha atención al camino. Es por ello que no cruzó palabra con su
guía.
Chico: This
is the hotel – exclamó con una sonrisa confiada.
Una vez dentro de la oficina de Recursos
Humanos, el amable muchacho presentó a nuestra protagonista y ella le entregó
la carta y solicitud que el cónsul les había dado, pues este era un pedido para
que les dieran asilo y trabajo a las desafortunadas. El gerente (de recursos
humanos) se levantó de su asiento y se dirigió a la puerta – Voy a llamar al chef- les dijo antes de
salir.
Oriana busca una traducción en los ojos del
joven, quien se sintió intimidado por el atrevimiento de ésta. Bajó un poco la
vista y, tímidamente, cumplió el mudo pero evidente pedido de la muchacha
respecto a lo que había dicho aquel hombre. La chica del cabello largo comienza
a sentirse ansiosa y el silencio no le ayudaba en nada.
Chico: –percatase de la incomodidad de
Oriana, decide romper el hielo – My name
is Kwon Eun Pyo (mi nombre es…)
En
ese momento nuestra protagonista se siente avergonzada. “Este pibe me está ayudando y ni siquiera le pregunte su nombre ni le
dije el mío” se decía para sus adentros, por lo que decide hacer lo mismo
que él de la manera más natural posible.
Oriana: – Oh! I’m sorry. I’m Oriana. Nice to meet you (Oh! Lo siento. Soy
Oriana. Mucho gusto) – se acerca al joven y le extiende la mano, este
tímidamente acepta aquel saludo, y ella no dudó en agarrarlo con ambas manos – Thank you so so much, You are something like
my hero (muchas, muchas gracias, eres algo así como mi héroe) – le dice la
sonriente protagonista. Aquellas palabras habían llegado al corazón de Eun Pyo,
en el momento que abandonó su trabajo de todos los días sabía que quería vivir
algo diferente, pero jamás imaginó que ayudaría a una triste pero tierna y un
tanto llamativa muchacha, se sintió orgulloso de sí mismo y su sonrisa delataba
tal sentimiento.
De repente, entra el chef, quien al ver a
los muchachos un tanto románticos para su gusto, los interrumpe con un – ok, ok – apresurado. Tratando de
pronunciar el nombre de la extranjera, corregido por la misma, el chico
sonriente, presenta con el Chef a la protagonista. Aquel hombre de apariencia
robusta y de buen comer, terminó aceptando a las hermanas, advirtiéndoles que
trabajarían jornada completa con un sueldo medio debido a su gratuita estadía.
Ya todo estaba dicho, solo faltaba ir por Ingrid, quien ya estaría desesperada
ante la demora de la pelirroja, y, por sobre todo, de la ansiada comida.
Oriana: thank’s
to all, tomodachi (gracias por todo, tomodachi=amigo en japonés) – sin poder
más de la felicidad y del alivio.
Eun Pyo: -extrañado- tomo… dachi? – había entendido aquella palabra en japonés, pero le
resultaba extraño oírlo de alguien que recién conocía.
Antes de despedirse, Oriana pide a su nuevo
amigo que le recuerde su nombre, ya que no quería olvidarlo, agrega un – visítame
cuando quieras, ya sabes adonde vivo – de invitación, y parte hacia el
encuentro con su abandonada hermana.
Ingrid: – al ver llegar a su hermana – Aaaah! ¿Por qué tardaste tanto? Ya pensé que
me abandonaste, estuve a punto de vender tus cosas, como tu “L” (peluche de
Oriana, del personaje de una serie de anime apodado con la letra L)- cambia a
un tono dulce, casi como el de una niña – Aaah!
Y me dieron más wons.
Oriana: – con una reacción tardía – mi L no, ¿eh? – También cambiando de
expresión a una más alegre – Mas wons,
¿en serio? – Mientras comienza a juntar sus cosas – Bueno agarremos todo y vayamos yendo para el hotel, ya me ubiqué y
hable con el jefe y todo está ok. Vamos.
Camino al Hotel, Ingrid aturde a la
pelirroja con un montón de preguntas, como ¿Qué paso? ¿Por qué no compraste
comida? ¿Cómo conseguiste ubicarte?, entre otras más, a lo que la mayor de las
hermanas responde con un – después te
cuento – que no satisface a la morocha.
Una vez en el nuevo lugar de trabajo,
específicamente dentro de la cocina, los aromas de la comida asiática inundaban
el espacio y, teniendo en cuenta que era mediodía, los estómagos de las latinas
comenzaron a rugir cual leones salvajes. Percatado de esto, un cocinero les comentó,
con un inglés tosco – you can eat
(pueden comer) – y se marcha para seguir con su trabajo, dejando solas a las
protagonistas.
Oriana: Dijo
que podíamos comer – aseguro y en un híper breve momento se acerca a unos
restos de comida y levanta un pedazo de pollo, que instantáneamente comienza a
devorar de una manera realmente primitiva. En cambio, Ingrid no estaba muy
convencida hasta el momento en que volvió a escuchar a su hambriento estómago y,
sin entusiasmo, agarra un poco de aquellos restos. Cuando había decidido llevarlos
a la boca, reaparece aquel compañero con dos platos de sopa de pescado en sus
manos – No, that no, this food (no,
aquello no, esta comida) – dejando la comida sobre la mesa. Ambas hermanas se
observan mutuamente, una más avergonzada que otra. Los cachetes de la pelirroja
se pusieron más colorados que su cabello y lo único que deseo fue ser una de
“los hombres de negro” y tener aquel dispositivo para borrar su memoria después
de tan engorrosa situación. No obstante, lo hecho ya estaba hecho, así que solo
debía continuar. Deja suavemente los restos en la bandeja, al igual que Ingrid,
y de la misma manera, muy delicadamente, agarra una servilleta, con la cual se
limpia la boca y, haciendo un gesto cortés, le dice al joven –Thank you, nice gentleman –
CONTINUARÁ…
Oooh! Pero que amable resultó ser Eun Pyo
Oppa! ¿Qué pasará a partir de ahora que las muchachas, mejor dicho Oriana,
tiene nuevo amigo? ¿Serán solo amigos? No se pierdan nuestro próximo capítulo,
aparece otro chico, bastante distinto al sonriente y confiado Eun Pyo. No se lo
pierdaaaan. Gracias por leernos y esperamos sus comentarios, no sean tímidas.
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