viernes, 19 de julio de 2013

V





Anteriormente en Perfect to you: Dos hermanas rumbo a Japón terminan varadas en Corea del sur, y  recurren al consulado latinoamericano, que, como ayuda, las recomienda para trabajar en un hotel, al cual no saben cómo llegar. Afortunadamente, Oriana, la mayor de las hermanas, conoce a Eun Pyo, un amable muchacho que la ayuda a llegar y se convierte en su amigo. Días después, Ingrid se encuentra con Seung Hyun luego de un ataque de ira, en el que le patea un bote de basura y ensucia su ropa (aparentemente cara). A modo de disculpa forzada, se compromete a lavar su campera, prestándole un buzo de su hermana como garantía. 

V
Llegaste tú... y todo cambió. (Jesse & Joy, llegaste tú)




Hoy no es mi día – dice Oriana, tapándose con las colchas hasta la cabeza, pues no había comenzado su jornada y ese momento del día, cuando recién debía salir de la cama, resultaba siempre el más difícil a la pelirroja. No era ella “miss simpatía” para levantarse con una sonrisa, esas cosas ocurrían muy de vez en cuando. Dio un par de vueltas, peleándose con las sabanas, ya que le molestaba estar tan cubierta, repentinamente se destapa y queda observando el techo de la habitación. Luego, al levantarse, encendió su celular después de varios días, ya que los “enchufes” de su país no coincidían con los de Corea del Sur. Comenzó a reproducir su música, esa que la ponía de buen humor mientras se vestía, con unos pantalones de jogging, una polera fina, un buzo y unas zapatillas en los pies. Se había distraído buscando su enorme buzo, ese al cual tenía tanta estima, ese que la acompañaba en sus encierros depresivos. – ¿Por qué no lo encuentro? – Preguntaba para sus adentros, al instante en que vaciaba sus bolsos – Sería imposible que Ingrid lo use – reflexionaba  – a ella no le gusta mi ropa. Ella piensa que ese buzo es más para hom…- se detiene ante la idea – La mato - confiesa boquiabierta de indignación. Pensaba en ir corriendo y armar un escándalo a su hermana en plena cocina, pero para suerte de ambas eso solo fue un pensamiento del que se deshizo fácilmente.
Esa mañana sus ganas de levantarse y seguir en Corea eran inexistentes y para colmo su “querida hermanita” había “regalado” su abrigo, porque ya lo daba por perdido. – Era mi único amigo – decia para ella mientras se abrazaba a sí misma. Más allá de la exageración, Oriana se sentía muy sola. Extrañaba a sus amigos, de quienes no tenía noticias, ni tampoco estos habían intentado comunicarse con ella después del viaje a “Japón”. – Nadie me quiere – murmuraba justo en el momento en que lanza un suspiro y se sitúa frente al espejo y, con un peine, divide su cabello en dos y ata con un rodete cada lado – Ok, no necesito a nadie – comenta mirándose al espejo y se dispone a salir.
Durante su recorrido le llama la atención un grupo de niños sobre un puente – ¿Qué pasaba allí? – se preguntaba, dirigiéndose a su encuentro. Saluda a los pequeños, quienes comienzan a hablarle y apuntar hacia abajo, la muchacha atina y desciende su vista. Se trataba de un pequeño y asustado gatito – Ay no –lamenta. Una niña le agarra el pantalón de Oriana y tiernamente pide que rescate al diminuto felino. La pelirroja no entiende sus palabras, pero sabía que se trataba de eso exactamente, si no… ¿de qué otra cosa trataría? ¿de matar al presidente?
Oriana se ubica en medio de todos los presentes, palmea su propio pecho y cierra los puños en señal de “voy a hacerlo”. Los niños, entusiasmados, la apoyan con un “fighting” bien estridente.
Muy cuidadosamente pasa las vallas del puente y, mientras se agarra de los barrotes, desciende hacia la parte posterior del mismo, pero aquella superficie era tan delgada que apenas podía pararse con las puntas de los pies y, teniendo en cuanta que no había respaldo, la mejor manera de moverse  era seguir sostenida de los barrotes, aunque solo lo haría con una mano, ya que con la otra debía alcanzar al felino. No podía fallar en su misión. Era eso o el agua, y , teniendo en cuanta que no sabía nadar y lo realmente importante era el pequeño animalito… Iba a continuar. Jamás pensó estirarse como lo hizo, pero se acercó. – Michi, michi – lo llama apenas pudiendo pronunciarlo. Debido a la situación, con mucha suerte el gatito se dirige a ella para olfatear su mano, pero se aleja rápidamente, lo niños observan el rescate como si fuesen los mismos dibujos animados que miran para entretenerse. El felino vuelve a incidir – Vamos – dice la rescatista voluntaria, ya agotando su resistencia, hasta que lo atrapa con algo de dificultad, pero lo logra. – Aquí va – grita a los pequeños y les alcanza al asustado. Los niños rápidamente lo auxilian y Oriana trata de subir nuevamente. Ya recuperada, la flamante heroína sostiene al pequeño felino entre sus manos. Era tan lindo que le dedica algún que otro mimo antes de entregárselo a aquella niña que le había hablado primero. – No es mía – le contesta negando con la cabeza. Los demás también niegan con la cabeza. La protagonista se arrodilla para quedar a la altura de los presentes. Aquella pequeña acerca al gatito en las manos de la joven hacia su pecho. No sabía si era el momento para tener una mascota, pero se sentía incapaz de dejarla así tan pequeña y a la deriva.
Mientras Oriana vivió esta odisea, en el dormitorio de las protagonistas, Ingrid regresaba para recoger algunas cosas, extrañándose por la ausencia de su hermana, a quien dejo dormida hace… un par de horas. – ¿A dónde fue Oriana? – Se pregunta, viendo el desastre en la cama de la desaparecida – ¡No! Se  dio cuenta – murmura, al borde del nerviosismo – ¡Agh! ¿Qué le pasa a este tipo que no viene? ¿Qué, se enamoró de ese buzo viejo y feo? Tal vez Oriana se fue por el buzo – trata de divagar mentalmente, imaginando un enfrentamiento entre Seung Hyun y su hermana. – ¡No! – exclama, aterrada. – ¿Y si la tengo que ir a visitar en la cárcel? – sigue con su entretenida imaginación, tal vez porque le faltaba la televisión desde que habían llegado y no se había detenido para observar alguna pantalla en ese país, pues se negaba a hacerlo.  Además no quería ver aquello que no entendería. – ¿Cómo no va a pensar en volver si su campera parece bastante cara? ¿Tanto le sobra el dinero para que no le importe? – Reflexiona esta vez– Sí, vendrá. Tiene que hacerlo. – intenta convencerse al momento en que prepara su mochila para ir al baño público que quedaba cerca de allí. Si bien la higiene era importante, ni se les hubiese ocurrido pasar por esto. Seguramente en ese horario no habría tantas mujeres y sería más sencillo, sobre todo más cómodo. Así es que el cuarto quedaba vacío otra vez, hasta que vuelve la muchacha pelirroja con su nuevo compañero, que resultó ser hembra. Le sirve una tacita de leche y la criaturita comienza a beber de manera apresurada. A penas finaliza su taza, ya juega con esta hasta quedar rendida. La nueva y flamante dueña ya se había enamorado de la mascota, todavía sin nombre – Leki – grita repentinamente –, te llamaras Leki – si bien era bastante incomodo higienizarse en el pequeño baño de servicio del hotel, ya que no tenía ducha, la joven se las arregló bien para hacerlo. No quería alejarse mucho del lugar ni tampoco tardar demasiado. Volvió ligeramente, preparó una caja que colocó debajo de la cama, acomodó todo su bolso y también los colchones y cobijas para que taparan hasta el piso y así nadie, exclusivamente Ingrid, pudiera sospechar. Además puso hojas de diario por si se le ocurría hacer sus “asuntos” – ¡Ahg! – Suspira la pelirroja, ya recuperándose de tanto despliegue. Sale a la cocina, por fin. No se había dado cuenta de que era bastante tarde, por lo que recibió tremendo reclamo de parte de su jefe – Yes, sir – solo podía contestar, sin mucho entusiasmo. No le gustaba solo ser una ayudante de cocina, se sentía como Brittany Murphi en “The ramen girl”: quería aprender de una vez a cocinar las comidas de ese país. Sabía que el hecho de comenzar de cero le traería altibajos.
En cuanto a Ingrid, después de casi una hora (la mayor parte, en espera), vuelve del baño público y pasa por el bar del hotel para esperar a aquel joven que le había prometido regresar, pero no se aparecía. Ese día concurrió mucha gente y el comedor no daba abasto. Uno de sus compañeros se acerca a la joven desde la barra, la apunta y luego hace un gesto con la mano – Money extra? (dinero extra?) – le pregunta. La morocha había entendido perfectamente y más si se trataba de dinero. El cajero le había pedido que ayudase a servir a los comensales, esto entre su coreano, gestos y ademanes elaborados, le ofrece un delantal, el cual la protagonista acepta con una sonrisa poco creíble.
Así pasa la tarde la joven, entre atender a los clientes y pispear de vez en cuando por la llegada del muchacho, pero no hubo rastros de él.
Cayó la noche y la menor de las hermanas se encontraba exhausta, entre el trabajo y aquel “extra” que había hecho y que le habían  pagado el mismo día. En cambio Oriana quedo un rato más en la cocina debido a aquella tardanza. Hasta su próximo turno. La jornada también había terminado para ella.
Nuevamente las dos se encuentran en la habitación:
Oriana: – entrando al cuarto – Ingrid – la llama por lo bajo.
Ingrid: – acostada – ¿Qué pasa? Ya estoy por dormir, estoy exhausta.
Oriana: Ok, no te molesto, pero usaré el velador – colocándolo de su lado de la cama. Al encenderlo Ingrid se acuesta cara a la pared, cubriendo con las cobijas la parte trasera de su cabeza y la pelirroja aprovecha para atender a su nueva amiga. Finalmente se recostó, rezando que al día siguiente nadie se percatara de la presencia de Leki y rogando que llueva así Ingrid no escuchara sus chillidos.
CONTINUARÁ…

Millooooneeees de gracias por leernos cada vez somos más wiiii. Ok, a lo mío. En nuestro próximo capítulo, reaparece Seung Hyun y esta vez será para acercarse más a la protagonista. NO SE LO PIERDAN. Y, ¿Qué pasará con Ori y Leki? Mmmmm, no tengo un buen latido con ellas. 
Click aquí para leer el próximo capítulo 

viernes, 12 de julio de 2013

RECREO 1



Holas Onnis/Unnies (¿habré escrito bien?)¿Cómo han estado? Ok! Damos la bienvenida al primer RECREO, pues este será un espacio para distraernos un poco. Primero hablaremos acerca de la historia, luego del manejo del blog y por último de las escritoras n_n

Comencemos de una vez, el fanfic está basado en la historia (ficticia por supuesto) de dos hermanas que quedan varadas en Corea del Sur, su intención original es viajar a Japón, luego de ganarse el viaje en un concurso otaku, divertido ¿verdad? :P  Pero (acá viene lo feo), la aerolínea se equivocó el destino y envió a todo el tour a Corea de Sur, este no fue el gran problema (todavía) ya que el agente de viaje lo resolvió rápidamente. Lo realmente grave fue haber perdido aquel vuelo, ya programado rumbo al tan ansiado destino. Oriana (hermana mayor) decidió alejarse del grupo junto a su hermana Ingrid. Explorar aquel inmenso lugar le fascinaba y, no tuvo reparo de hacerlo, es más tuvo la escusa justa, “ir al baño”, para poder alejarse y esta decisión fue su perdición. (Con versito y todo)

Sin saber dónde estaban y sin su equipaje (que sí había llegado bien a destino) ¿Qué podrían hacer? Es así que se les ocurre la buena idea de ir al Consulado Latinoamericano, aunque el Cónsul, no les había dado la solución deseada, si no que les asigna una misión (así suena más divertido) que consiste en: trabajar para juntar el dinero para su pasaje de vuelta a casa con un límite temporal de tres meses. Lo demás esta dicho, se perdieron rumbo al Hotel (donde trabajan y viven actualmente), Oriana conoció a Eun Pyo un agradable chico dispuesto a ayudarla y hace poco apareció Seung Hyun otro muchacho aparentemente temperamental. Es así como el resto de la historia gira en torno a estos cuatro jóvenes. No faltará el amor, el drama, el misterio y, por supuesto mucha comedia. J

Ahora pasemos al tema Blog, como verán los capítulos se cuentan con números romanos, luego abajo y con grandes letras se ve una frase escrita, dicha frase la extraemos de una canción (hasta el momento), además agregamos el nombre del artista o grupo y el nombre del tema/canción. Después de leer el contenido del capítulo se encontraran con un video, sería genial que lo vean. Este video es de la canción de aquella frase leída al principio, también buscamos que, tanto el video como la letra de la canción, tenga que ver con aquel capitulo. Por último, estamos agregando los enlaces al siguiente capítulo, los hallarán casi al final de la página. Por ejemplo una vez de leer el cap I encontraran un “click aquí para leer el próximo capítulo” este enlace las conducirá al próximo y así será hasta que se queden sin más que leer y nosotras podamos publicar. Trataremos de publicar todos los viernes.

Con respecto a las escritoras, que somos dos, Selai y según mi nombre blogger Argenoname, pero pueden decirme simplemente Arge, porque es eso a lo que me refiero cuando agrego ese “noname”.  Mi hermana Selai, estudia Letras y es una alumna destacada, no solo escribe fanfincs si no libros, inéditos hasta el momento. Ella corrige los capítulos que yo escribo y le da ese toque literario que nos transmite emociones (la magia de la literatura), en cuanto a mí, soy guionista, es decir mi estilo es de guión (es muy objetivo), ya que este es un recurso del director para, justamente, dirigir su obra (película, corto, serie, etc). En este momento me encuentro en la dirección de un cortometraje (si también dirijo n_n) cuyo guion está escrito por mí también, créanme es bastante difícil la dirección pero aun así es apasionante.

Desde pequeñas mi hermana y yo inventamos historias, personajes, mundos. Siempre nos gustó el hecho de crear y, modestia aparte, somos muy creativas, ¿saben cuál es el secreto? No amoldarse al mundo, buscar lo distinto, ser la “excepción” y tener la mente abierta, por sobre todas las cosas. Ya estamos acostumbradas al hecho de que nos pregunten de qué planeta vinimos y esas estupideces.

Nos conocieron un poquito ¿verdad? Bueno, sigan leyendo y nos conocerán un poquito más ya que nuestros personajes (Oriana e Ingrid) están basados en nuestra personalidad. ¿Saben cuál es cuál?

Con esto terminamos nuestro 1er RECREO, y aquí les tiro unas preguntitas:

¿Qué les parece la historia hasta el momento?

¿Quieren fotos de los muchachos? Jeje seguro que sí.

¿Les gusto el RECREO?

Dígannos lo que quieran y pregunten también. Aquí les dejamos más contactos:
 Twitter: 
Selai: @missryuk
 Arge: @argetwit
 fanfic escrito por Selai "Aishiteru" Click para leer Aishiteru


¡Ah! Antes de olvidarme, no crean que, lo que les pasa a las protagonistas, solo les pasa a ellas, si no, miren este video de “Hola, soy German”.  

viernes, 5 de julio de 2013

IV





Las estaciones se suceden en esta deslumbrante ciudad
Todo el mundo pasa ajeno a ti
Así que no debes preocuparte
Estarás bien si permaneces a mi lado. (Love Yourself de Kat Tun)



Con esto terminamos la clase de hoy. Saluden.
Todos los alumnos se ponen de pie a un costado de la silla en la que antes se habían sentado mirando a la “profesora” y, entre que hacen una reverencia dicen: “An-nyeong-ha-se-yo”. Luego comienzan a retirarse ordenadamente. Una de las chicas que asiste a la clase no guardó su cuaderno, sino que lo tiene en sus manos y va leyéndolo en el camino, repitiendo en voz baja lo que aprendió en su clase.
¡Onni! – La llama Oriana, y luego se pregunta mentalmente si su pronunciación fue correcta – Che esperame.
Ingrid detiene su marcha y repaso para esperar a su hermana, quien, como siempre guardaba todo a las apuradas y se veía obligada a juntar lo que se le había caído.
Transcurrió una semana después desde que pusieron un pie en Seúl, y, a diferencia de su hermana, quien podía mostrarse alegre y vivaz a pesar de sus desgracias, amoldándose poco a poco a la situación, Ingrid, mas rencorosa, se resistía a contemplar si quiera el sol en Corea, a respirar el mismo aire que los nativos aunque sabía que su desprecio por ese país era injusto, no podía evitar llenarse de esos sentimientos al recordar todo lo que había sucedido. Culpa a Corea por no ser Japón, a Seúl de no ser Tokio, porque, si tenía que ver al “responsable” la convivencia con Oriana se volvería un infierno.
También odiaba la idea de acostumbrarse a la situación en la cual vivía: Trabajar en el Hotel, ahorrar para el pasaje de vuelta, sufrir la incertidumbre de no saber que ocurría en su país con esa parte de su vida que tal vez se convertiría poco a poco en un recuerdo. ¿Cómo Oriana podía acostumbrarse a todo eso, si para ella resultaba una pesadilla despertar ocho veces para darse cuenta de la realidad, resistiéndose a la resignación? Pensar en la mala suerte era una forma de resignarse…. Pero no había otro remedio.
Ingrid…- la llama uno de sus compañeros de trabajo, mientras ella lavaba los platos.-Ingrid… Can you make me a favour? (¿puedes hacerme un favor?).
Ingrid, milagrosamente, entendió a su compañero, así que dejo lo que estaba haciendo y se acercó al muchacho. Pero al ver que el llevaba unas bolsas de residuos, rezo mentalmente que no se tratara de lo que estaba pensado.
Can you…?
Ingrid no necesitaba que el termine la frase para, envuelta de un montón de preocupaciones, aceptar las bolsas que llevaba en sus manos y dirigirse a la puerta de atrás… cruzando el umbral… allí estaba el exterior… lo que ella intentaba evitar… ya sentía el aire diferente, el ambiente era distinto, como si hubiese entrado en otra dimensión. La sombra de ese ocaso rojo le parecía horrenda, no bella como en Argentina. Dejo las bolsas a un lado, presa de sus emociones, gritando para sus adentros cosas que nunca pensó decir “Extraño mi país, con todos los problemas que tiene, extraño a mi familia aunque sea molesta y no se preocupe por mí, a mis amigas, a la universidad… ¡Hasta extraño a los profesoras! Quiero volver a hacer ese recorrido que me hartaba en colectivo, volver a ese trabajo mal pagado… ¡Dios, no quiero emociones y acción, extraño mi vida aburrido de antes! En ese momento, a la cúspide de su rabia y melancolía Ingrid propina una fuerte patada a un recipiente de basura, el cual al caer, empuja a otro, y otro; hasta que un último no cae, si no que se mueve bruscamente, lanzando su contenido a un muchacho que justo pasaba por ahí… ¡Agua con mal olor y cáscaras de frutas!
El muchacho pega un grito y no pierde el tiempo limpiándose ya que divisa a una Ingrid que intenta huir sin asumir su culpa, por lo que comienza a increparla atropelladamente con un montón de palabras que ella no entiende ni escucha excepto una, bien grave "¿Chugul-le? (¿Quieres morir?)”. La joven ya no soportaba más tantas palabras en coreano por lo que decide atacarlo con un montón de “Chan Gun Kon” y una seguidilla de palabras que mezclaban japonés, coreano y el chino mandarín que escuchaba en el supermercado asiático… todo esto hace retroceder al antes enfadado chico, quien ahora se encuentra desconcertado, pensando que se trataba de una loca, y decide retirarse.


Camina algunos pasos y escucha que la muchacha acomoda los recipientes mientras murmura palabras bien articuladas que no entiende… No es una loca, sino una extranjera. Regresa sobre sus pasos, entonces para completar el asunto pendiente.
Hey, girl – grita para llamarle la atención.
Ingrid voltea la vista hacia el furioso muchacho, quien señalaba tanto a ella como a su campera sucia.
What’s wrong with you? (¿qué pasa contigo?) – apunta su ropa con ambas manos – Look this! You get dirty my clouthes! (mira esto, ensuciaste mi ropa!)
I… I no understand… (Yo, yo no entender) – Responde negando con la mano – Not, not.
– Eh...– siguieron unas palabras que no entendía por lo bajo, hasta que levantó nuevamente la cabeza- you speak english? (¿hablas inglés?).
Few (poco) – respondió la joven, acompañando esto con un gesto de la mano. Intenta una idea – Chotto (poco en japonés).
Los ojos del muchacho brillan, así que Ingrid sabe que él lo entendió. Por ello para buscar una vía de comunicación, aunque no le agradaba la idea de hablar con él, decide hablarle en japonés.
Ingrid: Kimiwa Nihongo wo hanasare masuka? (Hablas japonés?)
Chico: Chotto...
Ingrid: Ok, ok. – decide hablar de la manera más básica. – Fue un  accidente. No tenía intenciones de…– apunta a su campera – eso.
Chico: Kusai (apestoso–mal olor) – dice apuntando su cabello y campera –. Las disculpas no me quitan el mal olor.
Ingrid: Yo no me disculpe… –replica la protagonista controlando su tono de voz.
Chico: ¿Qué estas esperando? ¡Discúlpate!
Ingrid: ¡Es tu culpa! – exclama la muchacha apuntándolo a la cara y luego habla con pausas –. Yo pateaba cosas con calma hasta que apareciste.
El muchacho, entre impresión y molestia, comienza a jadear con los ojos bien abiertos. Para él no tenía sentido alguno discutir, pero no podía dejarlo pasar. ¿Cómo podía esa chica atreverse a gritarle de esa forma? Se sentía en la obligación de ponerla en su sitio.
Chico: Entonces tu –toca el enorme uniforme de Ingrid – trabajo es patear basura…
¿Eso era una amenaza? Nuestra protagonista lo pensó por primera vez, pues antes se dejó llevar por la rabia… Nada bueno sucedería si este muchacho llevaba al hotel quejas sobre ella, y tal vez en ese país se considerada esas acciones como dignas del vandalismo… No le convenía mantener su posición arisca y desafiante, así que, entre una y otra cosa, ella intenta rápidamente ponerse de acuerdo con él. Ingrid, a razón de no discutir más y no perjudicarse, decide deponer su irritación y disculparse, casi a regañadientes; pero el molesto muchacho, no contento con eso, le pide que lave su buzo, pues ya está lejos de casa y no puede andar por ahí oliendo mal. También necesita lavarse la cabeza y los lentes (grandes y cuadrados) así que, sin más remedio, la joven se ve obligada a hacerlo pasar para que se lave, mientras busca entre los abrigos de su hermana, quién había salido hace largo rato y tenía un estilo menos femenino de vestir, encontrando uno grande, que tal vez, el alto coreano podría llevar sin problemas. Seguramente Oriana no se dará cuenta… aunque con ella nada era seguro.
Finalmente, algo más conforme, el muchacho se marchó. Pero antes, recordó preguntar a Ingrid.
Onamae wa? (cuál es tu nombre?)
Eh… Ingrid desu (es Ingrid). – contestó ella y luego, pensando cada palabra antes de preguntar. – ¿y tu nombre? Necesitaría saber quién pregunta por mí.
Seung             Hyun. – contesto él, luego de una breve pausa. – Kim Seung Hyun.
Después de despedir a Seung Hyun, Ingrid regresó a la cocina, todavía de mal humor, pero allí le dijeron que podía irse. No serviría que trabajara con esos ánimos. Así que fue directamente al cuarto que compartía con su hermana, ¿a dónde había ido? ¿Por qué tardaba tanto? Ya ni recodaba a qué horas había salido, tampoco sabía que tanto encontraba de interesante en una ciudad desconocida donde ni siquiera podía leer un letrero. Esperaba sinceramente que llegara pronto, hablando hasta por los codos de todo lo que sucedió aun con las impresiones positivas o negativas de todo lo que vio, sobre todo la comida, o los olores que llenaron sus pulmones, y que ni le preguntara si a ella le paso algo, siquiera por compromiso. Mentalmente rezaba porque Oriana de buen humor no prestara atención al resto.
¡Hola! – casi grita Oriana mientras entraba al dormitorio con una sonrisa de oreja a oreja. – Ya llegue.
No me digas…– contestó Ingrid sarcásticamente y con expresión divertida – Pensé que fue el viento.
Oriana: Bueno...– replica su hermana, haciendo un puchero. Luego vuelve a sonreír. – No sabes los lugares lindos que me mostró Eun Pyo.
Ingrid: Ah...– mientras habla junta las manos y las acerca a la mejilla, pone la boca en forma de corazón y pestañea constantemente –, con razón tardaste tanto, uh…
Oriana: Estúpida – la mira con los ojos entrecerrados  y arrugando la nariz –. Nada que ver – recupera el buen ánimo –. Te cuento…
Comenzó el relato con todas sus muecas y expresiones, pintando la ciudad del modo más maravilloso que podía. Su hermana la escuchaba así atentamente, respondiendo frases como: qué lindo, me imagino, copado o que boba. Cuando Oriana agoto la anécdota, decidió preguntar a su hermana.
Oriana: ¿Y? ¿Vos qué hiciste?
Ingrid: Nada – responde ella, quitando importancia a todo lo que sucedió –. Trabajé aunque es mi día libre… y volví hace un rato.
Oriana: Uh, que bajón. Tendría que haberte invitado.
Ingrid: No, ni me interesa conocer Seúl.
Oriana: Hey – notando el abrigo desconocido – ¿y eso de donde lo sacaste?– extiende una mano para agarrarla pero Ingrid lo toma entre las suyas antes.
La morocha se ve obligada a contar brevemente lo que paso, soportando que su hermana le diga lo que ella hubiese hecho, cosa que a veces le desagradaba. Por lo que Ingrid insistía de mala gana con un “pero a mí me paso y a mí me salió así”.
Ingrid: Mañana viene a buscar su buzo y fin del asunto. – concluye e insiste en restarle importancia – Solo me crucé con alguien desagradable. Punto. No todas nos encontramos con simpáticos Eun Pyos – intenta cambiar el tema y hacer un guiño muy torpemente– Che, ¿está lindo el pibe ese? –
Oriana: No te sale – replica.
Ingrid: Bueno ¿está lindo o no?
Oriana: Eh… – piensa – Si pe…. Tiene una linda sonrisa.
Ingrid: – hace una de sus muecas para molestar a Oriana.
Oriana: y ¿Qué tal el, ese, cosito?
Ingrid: Seung Hyun… Ya tengo grabado ese maldito nombre… –piensa – y… bastante guapito, pero tiene cara de cheto extranjero y mal carácter. Debe ser un ricachón creído. –le extiende una manga del abrigo – Tocá esto, parece caro.
Oriana: – toca la manga y dirige a Ingrid una mirada de sospecha – Capaz que es de plata… – murmura – Dios le da dientes al que no tiene pan.

CONTINUARA…
Gracias!!! Hemos llegado al cuarto capítulo!! Y cumplimos un mes ^_^! En cuanto al episodio, que le ha parecido Seung Hyun?? Cómo lo imaginan?? Sígannos el próximo viernes, les presentaremos una nueva sección!! El próximo capítulo viene con sorpresa!! Atentos!!
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